>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Dejar de fumar

Una de las maldiciones, parece que inevitable, de dejar de fumar es el posterior y de todos temido aumento de peso. Sin embargo, Bonnie Spring y su grupo, de la Universidad del Noroeste en Chicago, han demostrado que dejar de fumar no supone un aumento de peso sin solución ni remedio si, a la vez que se abandona el tabaco, se sigue un tratamiento de control del peso. Y esto es así especialmente en mujeres. Spring y su grupo analizan 779 artículos ya publicados, de los que eligen 10 que cumplen las estrictas condiciones de planteamiento, estadística y resultados que exigen para que sean analizados. Sus resultados demuestran que las mujeres que siguen ambos tratamientos, dejar de fumar y control del peso, tienen un 29% más de probabilidades de dejar de fumar a corto plazo (hasta tres meses) y a largo plazo (hasta 14 meses) que aquellas que sólo intentan dejar de fumar y no controlan el peso. Y, además, ganan menos peso: casi 1 kilogramo a corto plazo y 1.14 kilogramos a largo plazo. Por tanto, y en mujeres, se puede dejar de fumar y controlar el peso.

Este aumento de peso, ya hemos dicho que habitual después de abandonar el tabaco, se ha achacado siempre a una mejoría del gusto y, por ello, a una recuperación del placer de comer y, además, del buen comer. Pavlos Pavlidis y su equipo, de la Universidad Aristotélica de Tesalónica, en Grecia, lo intentan demostrar estudiando el sentido del gusto en 62 soldados del ejército griego, 34 no fumadores y 28 fumadores y, estos últimos, elegidos porque al fumar mantienen el cigarrillo en el centro de la boca de tal manera que se puede suponer que el humo afecta a toda la lengua por igual.

Como es sabido, el sentido del gusto se aloja en terminales nerviosos que se encuentran en los llamados corpúsculos gustativos que, a su vez, se agrupan en las papilas gustativas distribuidas en la superficie de la lengua. Pavlidis estudia la morfología de las papilas y las respuestas de estas papilas a un aparato llamado electrogustatómetro, que descarga pequeñas y muy controladas descargas eléctricas en la lengua a la vez que mide la respuesta que producen. En los resultados es evidente que la morfología de las papilas es más irregular en los fumadores y que su respuesta al electrogustatómetro (me encanta esta palabreja) necesita una descarga mayor, es decir, los fumadores son incapaces de detectar los sabores por debajo de un umbral y, por tanto, más sutiles. Y con la sosa comida que a veces nos dan en esta época de comida rápida e industrial, ese umbral tan alto implica que la comida tienehabitualmente menos gusto, apetece menos comer y, en consecuencia, no se engorda. Pero al dejar de fumar, el proceso se invierte, el umbral para detectar el gusto baja, descubrimos de nuevo América en nuestra boca y, otra vez en consecuencia, comemos más y más a gusto y engordamos. Todo esto sugiere Pavlos Pavlidis a partir del estudio del gusto en los reclutas del ejército griego.

*Pavlidis, P., V. Nikolaidis, A. Anogeianaki, D. Koutsonikolas, G. Kekkes & G. Anogianakis. 2009. Evaluation of young smokers and non-smokers with Electrogustometry and contact endoscopy. BMC Ear, Nose and Throat Disorders 9:9.

*Spring, B., D. Howe, M. Berendsen, H.G. McFadden, K. Hitchcock, A.W. Rademaker & B. Hitsman. 2009. Behavioral intervention to promote smoking cessation and prevent weight gain: a systematic review and meta-analysis. Addiction 104: 1472-1486.

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


noviembre 2009
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30