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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Más sofocos

Hace unos posts ya escribí sobre la menopausia y, más en concreto, sobre uno de sus síntomas más comunes y molestos, los sofocos. Hoy haré un pequeño resumen sobre parte de lo que se ha investigado para aliviar estos sofocos. Según todos los estudios, entre ellos el de Vered Stearns y sus colegas que ya cité el otro día, la mejor solución es la terapia hormonal sustitutoria (THS). Si la menopausia se produce por la disminución en la secreción de hormonas, pues aportémoslas desde el exterior. Sin embargo, parece demostrado (aunque no soy especialista en este tema ni mucho menos y cada una debería consultar a su médico) que esta THS supone más riesgos que beneficios para la paciente y se tiende a sustituir por otros tratamientos. Y de estos tratamientos voy a escribir en este post.

Por ejemplo, y siguiendo con el trabajo ya citado de Stearns, se utilizan antidepresivos como la fluoxetina (Prozac de nombre comercial) o paroxetina que actúan sobre el neurotransmisor serotonina. Stearns y su grupo estudian los efectos de la paroxetina en 165 mujeres en menopausia que sufren por lo menos dos o tres sofocos diarios. La toma de paroxetina dura seis semanas. Al final del estudio, en las mujeres que han tomado paroxetina, los sofocos han bajado de 7,1 a 3,8 al día de media. En las que han tomado un placebo, es decir, que creen estar recibiendo la droga pero se les administra una solución sin ella, también bajan los sofocos de 6,6 a 4,8 diarios. En resumen, las drogas antidepresivas relacionadas con la serotonina parecen un buen tratamiento para reducir los sofocos. Según los autores, quizá estas drogas, al actuar sobre la serotonina, mejoran el funcionamiento del control cerebral del calor en el organismo aunque, realmente, también reconocen que desconocen el mecanismo por el que una droga antidepresiva disminuye los sofocos de la menopausia.

Robert Freedman, al que también citaba en el post anterior, propone una solución distinta. Sospecha que la aparición de sofocos puede aumentar por la ansiedad y, por ello, propone métodos de relajación como es la respiración profunda o los sistemas de relajación muscular. Después de varios ensayos y de un estudio detallado con 24 mujeres, llega a la conclusión de que la respiración rítmica y profunda llega a reducir los sofocos hasta en un 50% y también se reduce la intensidad de cada sofoco. Sin embargo, el resto de parámetros que mide (sobre en el análisis de sangre), no muestran cambios. De nuevo estamos ante un tratamiento que funciona pero de que desconocemos cómo lo hace. Freedman añade que ni el ejercicio físico, sea fuerte o moderado, ni el sueño influyen en la intensidad y número de sofocos.

También hay estudios sobre tratamientos con plantas medicinales como la soja, el trébol rojo o el cohosh negro debido a que, entre los compuestos que sintetizan hay estrógenos, y hay que recordar que la menopausia comienza con la disminución en la secreción de estrógenos. Al ser sintetizados por plantas se les denomina fitoestrógenos y, seguramente, el más conocido es la isoflavona. En dos revisiones publicadas en 2006 y este mismo año, el grupo de Heidi Nelson, de la Universidad de la Ciencia y la Salud de Portland, en Oregon, y Margaret Rees, del Hospital John Radcliffe de Oxford, en Inglaterra, llegan a conclusiones parecidas: algunas de las plantas utilizadas no producen ningún efecto (el trébol rojo, por ejemplo) mientras que para otras, como la soja, los resultados son contradictorios. En un trabajo todavía más reciente, de agosto de este año, Stacie Geller y sus colegas de la Universidad de Illinois en Chicago llegan a la conclusión de que ni el trébol rojo ni el cohosh negro producen el más mínimo efecto sobre los sofocos.

En resumen, de todo esto parece que se puede concluir, con la salvedad de que alguien más instruido que yo me corrija (como diría un abogado), que las drogas antidepresivas y la relajación de la respiración, y quizá la soja, tienen algún efecto sobre los sofocos de la menopausia. Y, añado, los mecanismos de producción de los sofocos y de actuación de las drogas, la respiración o la soja son todo un misterio. Queda mucho, muchísimo, por trabajar.

*Freedman, R.R. 2005. Hot flashes: behavioral treatments, mechanisms, and relation to sleep. American Journal of Medicine 118: 124S-130S.

* Geller, S.E., L.P. Shulman, R.B. van Breemen, S. Banuvar, Y. Zhou, G. Epstein, S. Hedayat, D. Nikolic, E.C. Krause, C.E. Piersen, J.L. Bolton, G.F. Pauli & N.R. Fansworth. 2009. Safety and efficacy of black cohoch and red clover for the management of vasomotor symptoms: a randomized controlled trial. Menopause doi:10.1097/gme.0b013e3181ace49b

*Nelson, H.D., K.K. Vesco, E. Haney, R. Fu, A. Nedrow, J. Miller, C. Nicolaidis, M. Walker & L. Humphrey. 2006. Nonhormonal therapies for menopausal hot flashes. Systematic review and meta-analysis. Journal of American Medical Association 295: 2057-2071.

*Rees, M. 2009. Alternative treatments for the menopause. Best Practice & Research Clinical Obstetrics and Gynaecology 23: 151-161.
*Stearns, V., K.L. Beebe, M. Iyengar & E. Dube. 2003. Paroxetine controlled release in the treatment of menopausal hot flashes.
A randomized controlled trial. Journal of American Medical Association 289: 2827-2834.

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