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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Litera

Cualquiera puede caerse de una litera. Casi es como caer de la cama, aunque desde más altura y, en consecuencia, más dura será la caída. Lo habitual es que sean los niños los que más caen de las literas. Anjali D’Souza y su grupo, de la Universidad del Estado de Ohio en Columbus, han estudiado este asunto a través de los ingresos en urgencias de hospitales en Estados Unidos, de menores de 21 años, desde 1990 hasta 2005. En estos 16 años, nada menos que 572580 niños y jóvenes han caído de sus literas; una media de 35790 por año. Más del 60% son chicos. Lo más habitual son las laceraciones, abrasiones y contusiones, pero también hay casi un 20% de fracturas, sobre todo en el cabeza y el cuello.

Resultados parecidos había obtenido el grupo de Johannes Mayr, de la Universidad de Graz, en Austria, con niños de 1 a 15 años. Las causas de la caída son, habitualmente, los juegos, durante el sueño o la rotura de la barandilla e, incluso, porque se derrumba todo el tinglado. En general y como en Estados Unidos, los accidentes ocurren en los niños hasta los 11 años, con picos en los 3 y en los 7 años. En el estudio que M. Belechri y sus colegas, de la Universidad de Atenas, llevaron a cabo en Grecia con niños de 1 a 14 años, las conclusiones son parecidas. Sus cálculos establecen que unos 5000 niños griegos sufren este tipo de accidente cada año.

Volvamos al trabajo de Anjali D’Souza: es el que estudia el mayor número de niños y jóvenes accidentados y, además, es también el único que llega hasta los 21 años de edad. Y descubre que, mientras que la mayoría de los accidentes tienen lugar antes de los 6 años de edad, el último grupo, de 18 a 21 años, tiene el doble de caídas que el grupo anterior de adolescentes entre 14 y 17 años. La razón, según los autores es desconocida pero, después, añaden que muchos de estos jóvenes viven fuera de casa, en internados o en el servicio militar, donde utilizan, de nuevo, literas; y parece que no están muy acostumbrados a las literas pues, mientras el 72% las usa en sus internados o servicio militar, sólo el 17% había dormido en litera con anterioridad. Además, hablan del abuso del alcohol como causa de caídas y accidentes (el 37% de los caídos admite haber bebido alcohol antes de subir a la litera).

*Belechri, M., E. Petridou & D. Trichopoulos. 2002. Bunk versus conventional beds: a comparative assessment of fall injury risk. Journal of Epidemiology and Community Health 56: 413-417.

*D’Souza, A.L., G.A. Smith & L.B. McKenzie. 2008. Bunk-bed related injuries among children and adolescents treated in emergency departments in the United States, 1990-2005. Pediatrics 121: e1696-e1702.

*Mayr, J.M., U. Seebacher, K. Lawrenz, P. Pesendorfer, A. Berghold & S. Baradaran. 2000. Bunk beds – a still underestimated risk for accidents in childhood? European Journal of Pediatrics 159: 440-443.

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