El humor es parte importante de todas las culturas sobre la Tierra. Desde los bosquimanos a los astronautas, cualquiera es capaz de contar un chiste y sus colegas de reirlo con ganas y diversión. Si todos somos capaces de tener sentido del humor y de reir a la menor ocasión, esto significa que el humor y la risa aparecieron hace mucho tiempo en nuestra historia evolutiva. Pero, ¿por qué?. Es obvio que comida y sexo son esenciales para entender nuestra evolución: quien come poco y no le va el sexo, pronto verá a sus genes desaparecer de la faz de la Tierra. Pero el humor y la risa, ¿qué ventaja evolutiva tienen para facilitar la reproducción y extender estos comportamientos entre la descendencia? Y ya que estamos en ello, ¿qué fue primero, el humor o la risa? Es el clásico dilema del huevo o la gallina.
La estructura de los chistes, esa estratagema para hacernos reír, es igual en todas las culturas: comienza de una manera y termina con un giro inesperado que es el que provoca la risa. Esto es fácil de entender y hay multitud de estudios sobre ello; además, cualquier chistoso, profesional o aficionado, lo sabe perfectamente. Pero, y vuelta al principio, ¿por qué? Hay quien propone que la risa fue un medio de comunicación social que comunicaba al resto del grupo que aquello, que en principio parecía peligroso, en realidad no lo era en absoluto y por lo tanto no hay que huir, luchar o cualquier otra reacción ante un peligro. Así vista, la risa es un medio de ahorrar recursos. Es una de las teorías que expone Norman Howe, de Trenton, en Michigan, en su trabajo sobre el origen del humor.
Sin embargo, risa y humor se deberían estudiar por separado: la risa es como un acto reflejo pero el humor, en cambio, es un proceso más complejo de relación social, mucho más sofisticado que la simple relajación de un susto. Lo dicho hasta ahora ni siquiera explica por qué el humor es algo tan agradable. Y, según Howe, esto ocurre porque lo divertido es ver el cambio en el sujeto que va a reir y para ello es necesario una mente cnsciente en ambos sujetos, el que cuenta el chiste y el que escucha, y en ambas direcciones, es decir, de uno a otro y viceversa. Es un complejo sistema de relación social. Por ejemplo, si retiramos la silla de un personaje importante cuando se va a sentar a la mesa y cae al suelo con estrépito. Más que la caída del cuerpo por efecto de la gravedad, lo que nos hace reír es la caída de su dignidad de un personaje que se da tanta prosopopeya y que, además, nosotros sabemos que él sabe que nosotros sabemos que su dignidad ha quedado a la altura del suelo.
Visto así, ¿qué ventaja evolutiva tiene el humor? Pues varias: facilita la interacción social, la popularidad, la amistad y es expresión aceptable de agresividad (hay que tener sentido del humor y aguantar chistas y rechiflas aunque sean hasta maleducados e insultantes). Quien tenga sentido del humor, será más aceptado socialmente y tendrá una ventaja competitiva para la reproducción.
¿Y la risa? Según V.S. Ramachandran, de la Universidad de California en San Diego, la risa o, mejor, la sonrisa, proviene del primate que se encuentra un colega y, por si acaso hay peligro, abre la boca y le enseña los caninos; en ese momento, reconoce que el colega es un consanguíneo, quizá un primo, y el gesto se le queda a medias, con la boca abierta y enseñando los dientes. En fin, se le queda una sonrisa, y así cada miembro de una especie acaba renociendo la amenaza o el reconocimiento en el rostro de los otros miembros de su especie.
Además, el humor y la risa tienen sus ventajas fisiológicas y psicológicas demostradas en muchos estudios. Según Ruth Davidhizar y Margaret Bowen, del Colegio Bethel, de Mishawaka, en Indiana, Estados Unidos, los psiquiatras usan el humor en la piscoterapia de sus pacientes, los maestros con sus alumnos, los empresarios con sus empleados o cuando negocian con sus proveedores y clientes, incluso el humor ayuda en la recuperación de los enfermos y en mantener la moral y el interés en los médicos y enfermeras que los cuidan. Aunque, a veces y todos conocemos algún caso, hay quien se ríe cuando no debe, creando disgusto y rechazo en quienes están presentes.
Y todo esto ya empieza, en la especie humana, desde niños. Aunque no es fácil distinguir entre la risa sin más y la algarabía que pueden montar los niños, como ya demostró Lawrence Sherman, se puede estudiar este comportamiento desde los dos años. Sherman (creo que recibión un Premio IgNobel por este trabajo) estudió 596 clases grabadas en video de niños entre los 2 y los 5 años para conocer las causas de los follones repentinos que pueden montar estos niños que, además, parece que se transmiten por el grupo como si fuesen una enfermedad infecciosa. La algarabía se caracteriza por estallidos simultáneos y repentinos de gritos de alegría, risas y movimientos físicos intensos. La causa puede ser que el profesor pida voluntarios para responder una pregunta, que haya interrpciones inesperadas en la clase, movimientos violentos de los niños o incongruencias en lo que se enseña. Los líos se montan con más facilidad en grupos grandes que tengan alumnos de ambos sexos. El autor estudia el fenónemo desde la ecología de su inicio y dispersión y deja de lado la posible base adaptativa de un fenómeno semejante en el desarrollo de las crías de la especie humana.
*Davidhizar, R. & M. Bowen. 1992. The dynamics of laughter. Archives of Psychiatric Nursing 6: 132-137.
*Howe, N.E. 2002. The origin of humor. Medical Hypotheses 59: 252-254.
*Ramachandran, V.S. 1998. The neurology and evolution of humor, laughter, and smiling: the false alarm theory. Medical Hypotheses 51: 351-354.
*Sherman, L.W. 1975. An ecological study of glee in small groups of preschool children. Child Development 46: 53-61.