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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Matemáticas

De siempre se ha dicho que las ciencias en general, y las matemáticas en particular, son cosa de hombres. Y que a las chicas se les dan mejor las humanidades, el arte y asuntos parecidos, y de ser de ciencias, lo mejor es que sean de ciencias blandas como la biología o la farmacia. Como comprenderán los que esto leen, esto es una colección de lugares comunes y estereotipos que, como tantos otros, son razones que se utilizan en la peculiar guerra de sexos habitual en nuestra especie. Brian Nosek y su grupo, de la Universidad de Virginia en Charlottesville, junto con colegas de 14 nacionalidades, han investigado este asunto a través de encuestas en 34 países.

En primer lugar, si examinamos las notas en ciencias y matemáticas en 8º grado (¿12 años?), los chicos ganan, de media, a las chicas. Pero hay tres países en que las chicas ganan en ciencias y siete en que ganan en matemáticas. Es decir, eso de que los chicos son mejores en ciencias y matemáticas no es general; hay mucha dispersión en los resultados y los autores se preguntan a qué se debe. Por medio de otro test tratan de conocer los estereotipos implícitos sobre ciencias y matemáticas que asumen los chicos y chicas de cada país; o sea, si se acepta aquello que he escrito al comienzo de este texto. En el test se pide relacionar palabras como él, hijo, padre, ella, madre o hija con otras como física, biología, química, arte, historia o literatura.

Los resultados nos aclaran que, a más estereotipo implícito de ventaja de los chicos, mejores notas sacan los chicos sobre las chicas en 8º grado. En la aceptación del estereotipo no hay diferencia entre hombres y mujeres. Por tanto, el comportamiento de la sociedad, y de sus niños, ante la ciencia y las matemáticas, depende no sólo de las creencias explícitas (por ejemplo, se acepta la igualdad de oportunidades de ambos sexos) sino también de los estereotipos implícitos (las mates son cosa de chicos).

Pero se puede dar un paso más y ver si hay diferencia en el rendimiento en el estudio de las matemáticas. Sara Lindberg y su grupo, de la Universidad de Wisconsin en Madison, lo han investigado, desde primaria hasta la universidad, por un meta-análisis de 242 artículos ya publicados que tratan de 1286350 personas. Los resultados son claros y evidentes: no hay diferencia en el rendimiento entre hombres y mujeres.

Sin embargo, el comportamiento sexista sigue existiendo, incluso entre la familia y los propios profesores, a menudo no explícitamente, pero sigue queriendo decir que los chicos son mejores en mates y las chicas son mejores en letras. En un trabajo reciente, Christia Brown y Campbell Leaper, de las universidades de Kentucky en Lexington y de California en Santa Cruz, han estudiado esta especie de acoso científico-sexista en chicas de 13 a 18 años. Les pedían que puntuasen como más o menos sexistas los comentarios sobre estos temas de sus familias, amigos y profesores y entrenadores. Las respuestas revelan que los comentarios existen y, además, a más comportamiento sexista del entorno, más convencidas están las chicas de que no valen para ciencias y matemáticas. Así, de nuevo el estereotipo, explícito o implícito, crea la conducta.

Y al final pasa lo que tenía que pasar: es la elección de las propias mujeres la que les deja fuera de las ciencias y de las matemáticas. Son Stephen Ceci y Wendy Williams, de la Universidad Cornell de Ithaca, en Nueva York, quienes aseguran que es las universidades y centros de investigación donde faltan las mujeres. Como ocurre en nuestro país, mientras que en el inicio de la carrera docente e investigadora no hay diferencias entre los sexos, es en los altos cargos donde hay más hombres que mujeres. Por ejemplo, en Estados Unidos, entre los profesores a tiempo completo (algo así como nuestros catedráticos), las mujeres son sólo el 10.3% en Electrónica, el 9.7% en Química, el 8.7% en Economía, el 7.3% en Ingeniería Química, el 7.1% en Matemáticas, el 7.1% en Ingeniería Civil, el 5.7% en Ingeniería Eléctrica, el 6.1% en Física o el 4.4% en Ingeniería Mecánica.

Los autores revisan varios trabajos ya publicados, algunos suyos, y proponen tres explicaciones: la primera, que existe una diferencia real en la habilidad ante las matemáticas entre hombres y mujeres, hipótesis que ya hemos visto que no es cierta; que existe, sin más, algún tipo de discriminación sexual; o, quizá, que las preferencias de las mujeres en cuanto a su carrera y a su estilo de vida van por otro camino, es decir, que los hechos que narrado son consecuencia de la elección, se supone que libre y restricciones, de las propias mujeres. Y es esta última hipótesis la que presenta las mayores probabilidades según el análisis de los datos publicados, según Ceci y Williams.

Aquí hemos cerrado el círculo. No hay diferencia en la habilidad ante las matemáticas, o la ciencia en general, entre mujeres y hombres. Sin embargo, la sociedad, unas más que otras, aceptan el estereotipo de que las mates son cosa de chicos, y a más aceptación, las chicas también se lo creen y, con ello, hay peor rendimiento en matemáticas, con lo que se refuerza la creencia. E incluso a nivel universitario es la propia mujer, forzada por el contexto aunque parezca que lo hace libremente, la que toma decisiones en contra de su carrera científica.

*Brown, C.S. & C. Leaper. 2010. Latina and European American girls’ experiences with academic sexism and their self-concepts in mathematics and science during adolescence. Sex Roles DOI:10.1007/s11199-010-9856-5

*Ceci, S.J. & W.M. Williams. 2010. sex differences in math-intensive fields. Current Directions in Psychological Science DOI:10.1117/0963721410383241

*Lindberg, S.M., J.S. Hyde, M.C. Linn & J.L. Petersen. 2010. New trenes in gender and mathematics performance: A meta-analysis. Psychological Bulletin 136: 1123-1135.

*Nosek, B.A. y 24 colaboradores. 2009. National differences in gender-science stereotypes predict national sex differences in science and math achievement. Proceedings of the National Academy of SciencesUS 106: 10593-10597.

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