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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Café

La infusión de café (Coffea arabica) es una de las bebidas más populares y consumidas del mundo. En Europa, la media de consumo es de 5 kilogramos por año y por persona; en España, algo menos, 3.9 kilos por año; y el record es Finlandia con más de 11 kilos por año. En una taza de café, la cantidad de cafeína va de 50 a 180 miligramos, que se absorbe rápidamente, entre 30y 40 minutos después de la ingestión, y se mantiene en sangre de 3 a 6 horas. El café, como el té con el que siempre se le compara, tiene polifenoles, compuestos antioxidantes beneficiosos para la salud. Ambas bebidas, muy consumidas, tienen sus peculiares ventajas para nuestra salud. Así, J. Margot de Koning Gans y sus colaboradores, de la Universidad de Utrecht, siguen los hábitos de consumo de café y té de 37514 personas durante 13 años y su relación con enfermedades cardiovasculares como el derrame cerebral o la enfermedad coronaria.

Las gráficas de consumo respecto del riesgo de padecer estas enfermedades tienen una forma aproximada de U y, por tanto, el riesgo es alto con poco y con mucho consumo y es mucho más bajo con un consumo diario medio, alrededor de cinco tazas. En sus conclusiones respecto del té, los autores aseguran que tomar más de seis tazas al día disminuye el riesgo de enfermedad coronaria en un 36% respecto a los que beben una taza al día. O, también, beber entre tres y seis tazas diarias se relaciona con un 45% de disminución en el riesgo de enfermedad coronaria respecto de aquellos que beben menos de una taza al día. Para el café, el mejor consumo es de dos a cuatro tazas al día pues se asocia a una disminución del riesgo en un 20% respecto de los que consumen menos de dos tazas o más de cuatro. Este consumo moderado de café también se relaciona con una disminución escasa de la mortalidad por cualquier causa.

En conclusión, el consumo moderado de café y de té rebaja significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Otro estudio, de Xuehong Zhang y su grupo de la Universidad de Harvard, relaciona el consumo de té y de café con el riesgo de padecer cáncer de colon. El trabajo es un meta-análisis de 13 estudios anteriores que, en total, siguen a 731441 personas de entre seis y veinte años, de los cuales, 5604 desarrollan cáncer de colon. Con café, incluso a consumos por encima de seis tazas al día no aumenta el riesgo de cáncer de colon. En cambio, el té por encima de ocho tazas al día aumenta levemente el riesgo. Sin embargo, estos bebedores extremos de té son pocos en el estudio y, quizá, este último resultado sea casualidad por falta de datos. Y también se echan en falta poblaciones de Asia que, en general, son grandes bebedores de té.

Aunque el resultado, como ven, es negativo, es importante publicarlo y aportan nuevos datos a la relación entre dieta y cáncer. Es un error común y perjudicial en la práctica investigadora el no publicar los datos negativos. Como poco, por lo menos empujarán a otros investigadores a repetir el trabajo.

Por tanto, el consumo de café y seguramente también el de té no aumentan el riesgo de contraer cáncer de colon. Ya vimos que su consumo disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular.

El café, sin la compañía del té, también demuestra sus propiedades saludables, por ejemplo, en relación con los factores de riesgo de la diabetes tipo 2 según los trabajos publicados recientemente por Kerstin Kempf y su grupo, de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, en Alemania, y de Daniella Sartoreli y su equipo, de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil. En ambos estudios la conclusión es la misma: el aumento del consumo de café disminuye los riesgos de contraer diabetes.

En el trabajo de Kempf, el consumo de café disminuye la inflamación, precursora de la diabetes, e incluso se detecta un aumento del colesterol “bueno”. Sartoreli, en cambio, precisa que el café importante es el del mediodía y que, en relación al riesgo de diabetes, no sólo funciona el café, también el descafeinado. Por lo tanto, además de la cafeína, otros componentes del café disminuyen la inflamación, seguramente los antioxidantes que he mencionado antes. Ni el té ni la achicoria tienen el mismo efecto.

No es sólo beneficioso el café en relación a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer de colon o la diabetes, también es capaz de mejorar algunos aspectos de nuestras capacidades cognitivas. Ana Adam y Josep Maria Serra-Grabulosa, de la Universidad de Barcelona, han trabajado con 72 personas, la mitad mujeres, y de 18 a 25 años, a las que dividen en tres mujeres. El primer grupo recibe agua; el segundo, agua más cafeína; el tercero, agua más glucosa; y el cuarto, agua más cafeína y glucosa. Los autores miden la atención, la destreza manual, las funciones espaciales, la memoria y el estado subjetivo de los voluntarios. La combinación de cafeína y glucosa mejora la atención y la memoria verbal. Es la mejor combinación, café y azúcar. La cafeína sólo mejora el tiempo de reacción.

Como conclusión personal, quiero añadir que cualquier alimento, sólido o líquido, que, en nuestra cultura, hayamos tomado durante generaciones es, desde el punto de vista evolutivo y mientras se consuma con moderación, prácticamente imposible que sea perjudicial. Aquel individuo para el que era dañino, murió y no se reprodujo hace miles de años. Sin embargo, enfatizo que la palabra clave no es el alimento ni la dieta, la palabra clave es moderación.

Y, si le gusta el café, no se corte, consúmalo pues ya ve que no es tan malo como algunos lo pintan.

*Adan, A. & J.M. Serra-Grabulosa. 2010. Effects of caffeine and glucose, alone and combined, on cognitive performance. Human Psychopharmacology Clinical and Experimental 25: 310-317.

*de Koning Gans, J., y seis colaboradores. 2010. Tea and coffee consumption and cardiovascular morbidity and mortality. Arterioesclerosis, Thrombosis and Vascular Biology 30: 1665-1671.

*Kempf, K., y diez colaboradores. 2010. Effects of coffee consumption on subclinical inflammation and other risk factors for type 2 diabetes: a clinical trial. American Journal of Clinical Nutrition 91: 950-957.

*Sartoreli, D.S., y seis colaboradores. 2010. Differential effects of coffee on the risk of type 2 diabetes according to meal consumption in a French cohort of women: the E3N/EPIC cohort study. American Journal of Clinical Nutrition 91: 1002-1012.

*Zhang, X. y 25 colaboradores. 2010. Risk of colon cancer and coffee, tea, and sugar-sweetened soft drink intake: Pooled analysis of prospective cohort studies. Journal of National Cancer Institute 102: 771-783.

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