Es interesante conocer los hábitos de alimentación de los estadounidenses pues, sea más o menos cierto, tengo la sensación de que lo que allí empieza aquí acaba llegando. En el número de enero de Food Technology, Elizabeth Sloan, editora de la revista, nos describe los hábitos alimentarios en Estados Unidos durante 2013.
La principal conclusión de su repaso es que los estadounidenses están cambiando sus prioridades y conductas en cuanto a lo que comen y con quien, donde y cuando lo hacen. Por ejemplo, el primer criterio para elegir lo que comen es, obviamente, que el sabor sea agradable y así lo cita el 89% de los consumidores. Le sigue el precio, esencial para el 71%, que sea saludable para el 64%, que se consiga con facilidad para el 56%, y que se considere sostenible para el 36%. El precio ha subido en importancia para los encuestados desde el 64% hasta el 71% en 2013, y lo mismo ocurre con la sostenibilidad que pasa de 20% al 36%. La crisis y el cuidado del medio ambiente también han llegado a los consumidores estadounidenses.
Estos son los datos que Sloan destaca pero hay otros que se pueden resumir de esta manera: en un solo día comen y beben una media de 14 productos diferentes que van desde sándwiches a patatas o desde leche a café o bebidas gaseosas.
El 24% de los que nacieron en los sesenta y el 45% de los nacidos después de 1980 siguen alguna dieta especial como, por ejemplo, sin gluten o vegetariana.
Son los que tienen 30 años los que más comen, no en cantidad sino en frecuencia, a lo largo del día. Así, el 12% desayuna fuerte, el 16% come algo media mañana, el 15% almuerza, el 17% merienda, el 18% cena e, incluso, el 20% encuentra tiempo y lugar para tomar algún aperitivo nocturno. En general, el 30% de los encuestados nunca perdona un desayuno fuerte.
Los emparedados son algo más de la mitad de lo que los estadounidenses comen al día. El 20% toma uno al día, el 41% come dos, el 24% tres, el 13% cuatro, y el 4% come cinco o más.
Interesan sobre todo los sabores fuertes como picante, ahumado o muy condimentado. Los sabores ácido y amargo cada vez se eligen más. En consecuencia, se buscan salsas cada vez más fuertes, con mostaza, chiles, cayena o pimientos picantes. Y, en la misma línea, gustan los quesos fuertes o curados como el gouda, el brie, queso azul, de cabra o los típicos curados del Mediterráneo. Y más del 50% de los consumidores ya ha aprendido a buscar variedades concretas de aceite, queso o chocolate.
Por otra parte, el 73% de los encuestados toma alimentos preparados y consumidos en el hogar, un porcentaje que ha subido ligeramente desde el 70% de 2008. Aunque también es cierto que esta dieta casera se complementa con alimentos preparados comprados por algo más del 50% de los estadounidenses. Perros calientes, sándwiches y pizzas es lo que más se come de estos alimentados preparados.
*Sloan, A.E. 2014. What, when and where America eats. Food Technology 68 (1)