Conseguir que niños y jóvenes coman más frutas y verduras es uno de los objetivos básicos en las campañas para promover la salud en colegios e institutos. Objetivo difícil de alcanzar pues, en general, en los comedores escolares niños y jóvenes tienden a no elegir frutas y verduras y, si lo hacen, a menudo porque no tienen más remedio, es de lo que más queda en el plato y más termina en la basura. Brian Wansink y sus colegas, de la Universidad Cornell de Ithaca, en Estados Unidos, nos dicen que una de las razones del rechazo de las frutas, aparte de que para los niños y jóvenes haya otros postres más atractivos, es que su tamaño las hace poco manejables. Peras, manzanas o naranjas son demasiado grandes para los niños. Quizá, propone Wansink, si se ofrecen piezas de menor tamaño o frutas troceadas, que los niños puedan manejar, morder y masticar con más facilidad, se pueda conseguir que aumente el consumo de frutas.
El grupo de Wansink trabaja, en un primer estudio, con ocho escuelas del Condado de Wayne, en Nueva York. En cada comedor colocan una cortadora de frutas comercial e instruyen al personal de cocina para su uso. Los investigadores toman datos del consumo de frutas antes y después de utilizar la cortadora.
Los resultados, después de un mes, son espectaculares pues el consumo de frutas aumenta desde un 19% en la escuela donde menos se nota la subida hasta un 342% en la que más, con una media en los ocho centros de un aumento del consumo de frutas del 60%.
En un segundo estudio trabajan con seis institutos del Condado de Nueva York, con 2150 alumnos en total. Fue en noviembre de 2011 cuando instalaron la cortadora de frutas en tres de los institutos mientras los otros tres serían el control. Como fruta, solo utilizaron manzanas, fáciles de cuantificar puesto que con la troceadora salen seis piezas de cada una.
De nuevo el consumo de fruta sube, con una media del 71% en los tres institutos con cortadora respecto a los tres institutos controles. Además, crece el número de estudiantes que come más de la mitad de la manzana, y pasa de el 40% al 71% mientras que, por el contrario, baja el número de estudiantes que tira más de la mitad de la manzana, y va del 60% al 32%.
Los autores añaden que la cortadora de frutas cuesta unos 200$ (algo más de 150€) y que no es una inversión excesiva para conseguir que niños y adolescentes mejoren su dieta.
“Wansink, B. y 3 colaboradores. 2013. Pre-sliced fruit in school cafeterias. Children’s selection and intake. American Journal of Preventive Medicine 44: 477-480.