La violencia de género afecta del 25% al 44% de las mujeres (en España, según el Ministerio de Sanidad y para el 2011, solo el 10.9% de las mujeres declara haber sufrido maltrato de género alguna vez en la vida). Esta violencia compromete significativamente la salud física y mental de las víctimas. Además, muchos de los comportamientos de nuestra sociedad crean un contexto favorable para que la violencia de género no desaparezca. Por ejemplo, la presencia habitual, incluso con un trasfondo romántico (vean El gran McClintock, película con John Wayne y Maureen O’Hara, de 1963, y repetidamente proyectada en televisión), de la violencia doméstica en la cultura popular, en los medios, los libros, la música, el cine o la televisión.
Hace unos meses, la prensa informó de la muerte de una joven alemana de 28 años después de recibir una brutal paliza, con 123 golpes con un puntero para la pizarra, propinada por su amante, un sueco de 31 años. La joven estaba atada con medias y preservativos y, según su novio, ambos habían leído el best seller “Cincuenta sombras de Grey”, de la autora británica E.L. James, y estaban de acuerdo en repetir lo que allí se cuenta. Veamos las conclusiones de Amy Bonomi y sus colegas, de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus, después de haber leído y analizado en profundidad el texto de E.L. James.
Las tres autoras del trabajo leen varias veces los primeros ocho capítulos del libro, escriben resúmenes de su lectura y los debaten por email y en persona entre ellas y con otros expertos en prácticas sexuales de abuso. Para caracterizar la violencia doméstica en el texto, utilizan definiciones propuestas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y aceptadas por los expertos. Los conceptos definidos relacionados con el abuso emocional son intimidación, aislamiento, acecho y vigilancia, y humillación, y relacionados con la violencia sexual son actos sexuales forzados, humillación o uso de drogas o alcohol. Además, para caracterizar el daño causado a la víctima, se definen riesgo percibido, manipulación, pérdida de poder de decisión, sensación de estar atrapado y síntomas similares.
Según las autoras, el abuso emocional aparece casi en cada uno de los encuentros entre los protagonistas de la novela, con acecho, seguimiento y localización de la mujer; intimidación verbal y física; y aislamiento, con prohibición de ver a otras personas. Hay violencia sexual, con ira, intimidación, uso de alcohol y amenazas. La protagonista se describe a sí misma con síntomas típicos de una mujer que sufre abusos. Su estómago se contrae, pierde su identidad y se siente manejada y estresada. Al final, su conducta es sumisa, está atrapada y, mecánicamente, mantiene su relación con el protagonista.
En conclusión y como decían las autoras, hay cada vez más evidencias científicas sobre la presencia de violencia de género en nuestra cultura popular.
*Bonomi, A.E., L.E. Altenburger & N.I. Watson. 2013. “Double crap!” Abuse and harmed identity in Fifty Shades of Grey. Journal of Women’s Health DOI: 10.1089/jwh.2013.4344