Las presiones de todo tipo que sufren las abejas, por pesticidas, parásitos, depredadores y enfermedades, han conseguido que seamos conscientes de su importancia económica y del papel esencial que tienen en la agricultura. La asociación de las abejas con nuestra especie está documentada, por ejemplo, hace casi 5000 años en imágenes en Egipto, o todavía más atrás en el tiempo, en dibujos en cuevas o en cera de sus panales encontrada en excavaciones anteriores a la agricultura. Pero, desde los cazadores recolectores y hasta los testimonios de Egipto y durante 10000 años, la abeja es invisible cuando la agricultura y la ganadería se extienden por Eurasia. Por ello, 64 investigadores (entre ellos Lydia Zapata y Alfonso Alday, de la UPV/EHU en Vitoria-Gasteiz), de 51 instituciones de todo el mundo se han unido para seguir el rastro de la cera que producen las abejas para sus panales, muy estable por estar determinada genéticamente, y con un fórmula compleja fácil de reconocer por análisis químico. Los autores buscan los restos de cera en las vasijas de cerámica encontradas en los yacimientos y que suponen se han utilizado para extraer y almacenar la cera.
En total, los autores analizan 6400 vasijas de 166 yacimientos situados desde Portugal e Irlanda al oeste hasta Israel y Turquía al este, y desde Suecia y Finlandia al norte hasta Túnez, Argelia e Israel al sur. Los más cercanos a nuestro entorno son el yacimiento de Mendandia en Treviño, Los Cascajos en Los Arcos en Navarra, Kobaederra en Ereño en Bizkaia, y Atxoste en el sur de Álava. Se han analizado 130 vasijas de estos yacimientos y no se ha encontrado cera por lo que no sabemos la fecha en que el cultivo de abejas llegó a la Península. Los 166 yacimientos analizados están fechados entre hace 7000 y 2000 años, en el intervalo de tiempo en que aparecieron la agricultura y la ganadería en Europa y se extendieron hasta las costas atlánticas.
Los resultados demuestran que el uso de la cera de las abejas viene desde hace, podemos suponer, unos 9000 años la utilizaron los primeros agricultores y ganaderos de Oriente Próximo. Los restos más antiguos de cera se han encontrado en yacimientos de Turquía y Europa central, con fechas alrededor de los 7000 años.
*Roffet-Salque, M. y 63 colaboradores. 2015. Widespreed explotation of the honeybee by early Neolithic farmers. Nature doi: 10.1038/nature15757