Ya hemos hablado de la contaminación de los océanos con plásticos de todo tipo, composición y tamaño. Los más pequeños, que no llegan a los 5 milímetros de diámetro, se denominan microplásticos y son fácilmente asimilables por los animales, confundidos o mezclados con su alimento. Hemos encontrado estos microplásticos en alimentos que están en nuestra dieta como, por ejemplo, la miel, la cerveza, algunos pescados o los mejillones. Dongqi Yang y su grupo, de la Universidad Normal de China Oriental de Shanghai, plantean la hipótesis de que estos plásticos aparecerán en los productos que se obtienen a partir del agua de mar, sean especies de animales o de plantas, o, también la sal de mesa.
Para probar su hipótesis compran en supermercados de China, en octubre y noviembre de 2014, 15 marcas de sal de mesa y, entre ellas, hay sal marina, de lagos salados, y de pozos y minas de sal.
Después del análisis de las muestras, los autores encuentran de 550 a 681 partículas de microplástico por kilogramo de sal en la de origen marino, de 43 a 364 en la sal de lagos salados, y de 7 a 204 en la de pozos y minas. El plástico más abundante es el polietileno tereftalato, seguido de polietileno. La mayoría de los fragmentos miden menos de 0.2 milímetros. El cálculo de los autores supone la ingestión de unos 1000 fragmentos de microplásticos al año al consumir sal de mesa.
Este mismo grupo investigador, liderado ahora por Jiana Li, también ha estudiado la presencia de microplásticos en moluscos marinos que se comercializan como alimento en China. Compran 9 especies de bivalvos, entre ellos mejillones, ostras y almejas, en el mayor mercado de pescado de Shanghai en noviembre de 2014. Los fragmentos encontrados van de 4 a 57 por molusco, con el máximo en la especie Patinopecten. Lo que más se encuentran son fibras seguidas de fragmentos. El tamaño mayoritario es de 0.25 milímetros.
Según los cálculos de los autores y el consumo de bivalvos en China, la ingestión anual podría estar alrededor de los 100000 fragmentos de microplástico por persona. Es 10 veces más del consumo máximo que se calculó para los europeos, los belgas en concreto, los mayores consumidores de mejillones en Europa, con 11000 fragmentos por persona y año.
Pero sobre los plásticos y la contaminación que provocan también nos llegan buenas, o quizá malas, ya veremos, noticias desde China. Una de las características del plásticos más importante para convertirse en contaminante es su persistencia. Y de China llega la noticia de que las larvas del coleóptero Tenebrio molitor, las llamadas gusanos de la harina, pueden alimentarse y, por tanto, degradar el plástico poliestireno.
Viven con normalidad alimentadas solo con el plástico, por lo menos durante un mes que es el tiempo del experimento. Rompen la cadena del poliestireno en estirenos, hidrocarburos, moléculas pequeñas y dióxido de carbono que incorporan a sus grasas y de ellas se alimentan. Este CO2 supone más o menos la mitad del plástico. Todo, menos el CO2, es excretado y parece que se sigue degradando en el entorno.
En un artículo posterior, este grupo, de la Universidad de Beihang en Beijing, ha demostrado que esta descomposición del poliestireno la hace una bacteria que vive en el tubo digestivo de las larvas de Tenebrio. Por eso, cuando se administra el antibiótico gentamicina, la digestión del plástico desaparece durante 10 días. La bacteria, aislada del tubo digestivo, es capaz de degradar plástico durante 60 días. No es una degradación tan completa como la del tubo digestivo de la larva de Tenebrio, quizá porque hay alguna otra bacteria que interviene en el proceso de degradación del poliestireno.
Los mismos investigadores han demostrado que hay bacterias que degradan el plástico polietileno en el tubo digestivo de las larvas de Poldia interpunctella, una mariposa nocturna que se alimenta, sobre todo, de frutos secos.
*Everts, S. 2015. Plastic contaminates table salts in China. Scientific American October 29.
*Li, J. y 4 colaboradores, 2015. Microplastics in comercial bivalves from China. Environmental Pollution 207: 190-195.
*Yang, D. y 5 colaboradores. 2015. Microplastic pollution in table salts from China. Environmental Science aand Technology DOI: 10.1021/acs.est.5b03163
*Yang, Y. y 4 colaboradores. 2014. Evidence of plyethylene biodegradation by bacterial strains from the gut of plastic-eating waxworms. Environmental Science and Technology 48: 13776-13784.
*Yang, Y. y 7 colaboradores. 2015. Biodegradation and mineralization of polystyrene by plastic-eating mealworms. Part 1. Chemical and physical characterization and isotopic tests. Environmental Science and Technology 49: 12080-12086.
*Yang, Y. y 7 colaboradores. 2015. Biodegradation and mineralization of polystyrene by plastic-eating mealworms. Part 2. Role of gut microorganisms. Environmental Science and Technology 49: 12087-12093.