Escuchen el Concierto para Violín nº 3 en Sol mayor, K. 216, de Wolfgang Amadeus Mozart, y, después, Chakravarthi Kanduri y su grupo, de la Universidad de Helsinki, nos contarán el efecto de esa pieza en nuestro cerebro. No les llevará mucho tiempo pues el Concierto de Mozart dura unos 20 minutos.
Los autores analizan en 2.5 mililitros de la sangre de los voluntarios lo que se denomina el transcriptoma. El ADN se copia gen a gen en otro ácido nucleico, el ARN, y este, a su vez, es el original sobre el que se copian las proteínas que son, en último término, las que hacen funcionar las células y los organismos. Y el transcriptoma es el conjunto ARNs que hay, en un momento dado, en las células del organismo. Esos ARNs nos dirán que proteínas se van a sintetizar y, por tanto, según su función sabremos cómo responde el organismo. Cada estímulo que llega al organismo provoca una respuesta y, en principio, el transcriptoma es el inicio de esa respuesta. El grupo de Kanduri va a analizar el transcriptoma que provoca escuchar el concierto de Mozart y lo va a comparar con el de los que no lo escuchan y con el de los mismos voluntarios cuando no están escuchando a Mozart. Así tendremos una pista de qué hace funcionar Mozart en nuestro cerebro.
Trabajan con 48 voluntarios, de 18 a 73 años, edad media de 42.5 años y 26 son mujeres. De ellos, hay 15 que no acostumbran a escuchar música y el resto lo hacen habitualmente. Entre estos últimos hay quienes tienen aptitud para la música y otros que han sido educados en la música. En los 15 que no escuchan música, los autores no encuentran nada interesante en su transcriptoma. En cambio, en los que escuchan música con asiduidad, escuchar el concierto de Mozart cambia la actividad de 45 genes, con 27 que se activan y 18 que se inactivan, entre los que tienen aptitud para la música. Y cambian 97 genes, con 75 que se activan y 22 que se inactivan, en los aficionados educados en la música.
Los genes que se activan tienen que ver con la secreción del neurotransmisor dopamina, el crecimiento de las neuronas y algunos cambios en enzimas y en sus funciones. Los genes que se inactivan y funcionan a la baja actúan sobre el transporte a través de la membrana de las neuronas, la destrucción de células y el control de enzimas que destruyen proteínas.
Las enzimas que se activan tienen que ver con el buen funcionamiento y estabilización de las neuronas y en reducir su estrés oxidativo. Activan su memoria y la comunicación entre ellas. Es una prueba del carácter protector de las neuronas y, en general, del cerebro, que implica el escuchar música. O, por lo menos, escuchar a Mozart.
*Kanduri, C. y 6 colaboradores. 2015. The effect of listening to music on human transcriptome. PeerJ 3: e830