Somos capaces de distinguir emociones en el cuerpo y sus movimientos de un bailarín y Lauri Nummenmaa y su grupo, de la Universidad de Aalto, en Finlandia, se preguntan si es una habilidad más general, quizá más inconsciente, que lo que adivinamos en la danza. Sabemos, lo hemos experimentado, que sentimos las emociones con todo el cuerpo. Late desembocado el corazón, tiemblan las manos, flaquean las piernas, sentimos sudor frío o, al contrario, da un sofoco, y muchos otros síntomas del cuerpo responden, o quizá provocan, las emociones. Y Lauri Nummenmaa se propone demostrar que somos capaces de reconocerlas y ubicarlas en el cuerpo, el nuestro y el de otros.
Trabaja en Finlandia, Suecia y Taiwán para conocer si sus resultados son independientes del país, el idioma y la cultura. En Finlandia son 563 voluntarios, con 261 mujeres; en Suecia son 96 con 44 mujeres; y en Taiwán son 57 con 21 mujeres. Todos los grupos tienen 27 años de edad media.
Los autores utilizan un programa de ordenador que presenta siluetas humanas sin color y piden a los voluntarios que las rellenen de color, con el blanco en el máximo y el negro en el mínimo, de los lugares donde localizan las emociones según ven rostros, videos o leen historias que las representan. Deben localizar ira, miedo, asco, felicidad, tristeza, sorpresa, neutralidad, ansiedad, amor, depresión, desprecio, orgullo, vergüenza y envidia.
Según los voluntarios, lo que se siente por todo el cuerpo son la felicidad y el amor. La neutralidad no tiene localización ni intensidad y, por eso, la figura es negra. La depresión es sobre todo azul, es decir, la sentimos deslocalizada y con la emoción al mínimo. En el rostro y el pecho se sienten la tristeza, la sorpresa, el orgullo y la envidia. Las intensidades más fuertes se dan con la ira y el orgullo y, de nuevo, con la felicidad y el amor. Coinciden en el rostro y el tronco la ira, el miedo, el asco, la ansiedad y el orgullo. La menor intensidad, aparte la neutralidad y la depresión, aparecen con la tristeza, el desprecio y la envidia.
Las emociones alcanzan un acuerdo entre los voluntarios, sin diferencias de país, cultura, idioma o sexo, que llega al 73%.
*Nummenmaa, L. Y 3 colaboradores. 2014. Bodily maps of emotions. Proceedings of the National Academy of Sciences USA 111: 646-651.