Por lo visto ya se sabía, aunque yo no lo conocía, que los hombres, después de ver imágenes con contenido sexual, se impacientan por conseguir más dinero y son propensos a tomar riesgos de tipo financiero. Y Anouk Festjens y sus colegas, de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, se preguntan si algo parecido les pasa a las mujeres.
Trabajan con universitarias de 18 a 30 años y una edad media de 22 años. Las voluntarias creen que participan en una encuesta sobre la calidad de la ropa y deben puntuar unos calzoncillos y unas camisetas después de examinarlas a fondo. Después deben jugar, en el ordenador, sobre recibir dinero o chocolate y una cantidad adicional de dinero para conseguir más dinero o chocolate o perderlo todo. Las mujeres que han manipulado los calzoncillos toman decisiones más arriesgadas para conseguir más que las que han manejado las camisetas.
En otro estudio posterior, en el que también participan hombres, se someta a los voluntarios a tres estímulos diferentes con el mismo planteamiento que en el trabajo anterior: tocar calzoncillos las mujeres y bragas los hombres; lo mismo, pero solo mirando calzoncillos o bragas; y, el tercer grupo, manipula solo camisetas tanto hombres como mujeres. Después se pregunta a los voluntarios cuanto estarían dispuestos a pagar por una botella de vino, como estímulo gratificante, o por un teclado, como estímulo neutro.
Como pueden suponer, tal como ocurría en el primer estudio, las mujeres que han manipulado calzoncillos pagan más por el vino que las que solo han mirado calzoncillos o han manipulado camisetas. Por cierto, para los hombres funciona igual manipular que ver bragas: ambos grupos pagan más por la botella de vino.
En resumen, las mujeres toman decisiones más arriesgadas o buscan recompensas más gratificantes si han tocado unos calzoncillos.
*Festjens, A. , S. Bruyneel & S. Dewitte. 2013. What a feeling! Touching sexually laden stimuli makes women seek rewards. Journal of Consumer Psychology doi:10.1016/j.jcps.2013.10.001