Uno de los mayores y desconcertantes horrores que conocemos los aficionados al chocolate, sobre todo al chocolate negro, o sea, los entendidos, es la velocidad con que desaparece. Llevamos unas tabletas a casa o al trabajo o donde sea y, sin más, sin que nos percatemos de que nadie se acerque a ellas, desaparecen, y no poco a poco, más bien de golpe, o casi, y, sin enterarnos, vemos que solo queda una envoltura rota y trozo de papel de plata arrugado. Por lo visto, algo así ocurre en los hospitales ingleses, tal como lo cuentan Parag Gajendrgadkar y sus colegas del Hospital de Bedford, en Inglaterra.
Ya saben que el chocolate es bueno para la salud, sobre todo en relación con las enfermedades cardiovasculares. Y es una buena recomendación el saber que quienes con lo ingieren con pasión son médicos y enfermeras. Sin embargo, los autores afirman que las cajas de chocolate se vacían tan rápido en los hospitales que el asunto llega a ser motivo de conflictos entre el personal. Añaden que no han encontrado bibliografía de investigaciones anteriores sobre el consumo de chocolate entre los profesionales de la sanidad y que ha llegado el momento de ponerse a ello.
El método es sencillo y consiste en colocar cajas de bombones al inicio de la guardia, hacia las 10 de la mañana, en cuatro departamentos de cuatro hospitales de Inglaterra. Los departamentos investigados son de urgencias, medicina general, cirugía general y hematología. Y las cajas de bombones son de 350 gramos de peso y de las marcas Roses, de Cadbury, y Quality Street, de Nestlé. Una vez se dejan las cajas, se va apuntando cómo desaparece el chocolate y quien lo hace desaparecer.
En total son ocho cajas, dos por departamento, con 258 bombones en total. El tiempo de observación medio es de 254 minutos, algo más de cuatro horas, y, en ese tiempo, desaparecen, también como media, 191 bombones, es decir, el 74%. El tiempo medio de supervivencia de un bombón es de 51 minutos. Según se ponen las cajas de bombones el consumo es muy rápido y se va haciendo más lento según pasan las cuatro horas de observación. Por cierto, las Quality Street de Nestlé duran más que las Roses de Cadbury.
Quienes más bombones comen son las enfermeras y las ayudantes de enfermería, con un 28% cada grupo, y los médicos con el 15%. También cada departamento ingiere chocolate con distinto ritmo y, así, en hematología el tiempo medio de vida de un bombón es de 40 minutos, seguido de medicina general con 44 minutos, cirugía general con 91 minutos y urgencias con 96 minutos. Como ven, el tiempo que dura un bombón es más del doble es cirugía general y urgencias que en hematología y medicina general.
*Gajendragadkar, P.R. y 6 colaboradores. 2013. The survival time of chocolates on hospital wards: covert observational study. British Medical Journal doi:10.1136/bmj.f7198.