La biología, y la vida, nos enseña que no se trata solo de comer sino, también, de no ser comido. Y de reproducirse con éxito después. Pero volvamos al no ser comido. Todos los animales son, somos, presas potenciales de algún depredador. Es obvio que, para sobrevivir, los niveles de defensa de una especie deben evolucionar a la vez que los niveles de ataque de sus depredadores o, sin remedio, la especie desaparecerá. Por ello, cada especie tiene sus conductas, que a veces parecen trucos de prestidigitador, para escapar de sus depredadores. Mario Díaz y su grupo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, junto con colegas de otros seis países europeos, estudió uno de los métodos de huída de las aves, en concreto, el momento en que emprenden el vuelo cuando se acerca un posible depredador. El parámetro a medir será, por tanto, la distancia del depredador a la que inicia el vuelo, el FID, del inglés “Flight Initiation Distance”.
Trabajan con datos de FID de nueve ciudades de Europa y, en cada ciudad, lo miden en zona urbana y en zona rural situada a menos de 20 kilómetros de la zona anterior. Las ciudades se extienden por Europa de norte a sur: Rovaniemi en Finlandia; Oslo en Noruega; Bronderslev en Dinamarca; Poznan en Polonia; Paris en Francia; Olomouc en la República Checa; Budapest en Hungría; y Toledo y Granada en España.
En cada lugar se localizan las aves con prismáticos y, después, una persona se acerca a ellas a paso normal. Cuando el ave inicia el vuelo se mide la FID. Se obtienen FIDs en 714 puntos de muestreo y corresponden a 159 especies de aves. En total, se estudian 12495 FIDs.
La FID media es de 11.46 metros, con un rango que va de 1 a 180 metros. Es menor en ambiente urbano, es decir, las aves dejan que se acerque más la persona. La media es de 7.12 metros frente a los 13.34 metros de las zonas rurales, casi el doble, en que los pájaros vuelan antes. También disminuye con la latitud, es decir, es menor, con aves menos asustadizas, contra más al norte. Bajan, en área rural, de casi 14 metros en el sur a 10.5 metros en el norte, en área urbana de 9.5 metros en el sur a 8.5 metros en el norte.
En resumen, que las aves se asustan más en el campo que en la ciudad y más en el sur que en el norte. Por tanto, las aves son más confiadas en la ciudad y en el norte.
*Díaz, M. y 7 colaboradores. 2013. The geography of fear: A latitudinal gradient in anti-predator escape distances of birds across Europe. PLOS ONE 8: e64634