No a los descartes | La biología estupenda - Blog elcorreo.com >

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

No a los descartes

Hace un par de semanas la Comisión Europea y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo sobre los descartes en pesca. Las pesquerías comerciales generan enormes cantidades de despojos, especies no buscadas, peces que no alcanzan la talla o que superan la cuota concedida y que hay devolver al mar; son los llamados descartes. Según Stephen Votier y sus colegas, de la Universidad de Exeter, en Inglaterra, entre 1992 y 2001 los descartes supusieron devolver al mar una media de más de 7 millones de toneladas anuales o, en porcentaje, el 8% de la pesca total anual. En la Unión Europea, con una pesca más industrializada y unos barcos más potentes y utilizando más tecnología de todo tipo, los descartes alcanzan porcentajes muy altos. Como ejemplo nos sirven las pesquerías en la Península Ibérica con descartes del 30-60%; las de arrastre del Báltico con el 50%; el arrastre para la captura de crustáceos en el Mar del Norte con el 20-98% o, como resumen, el 40% como media en las pesquerías de cualquier especie en el Atlántico Norte.

En general, los mayores descartes se asocian con la pesca por arrastre, aunque todas las técnicas provocan descartes. De nuevo como ejemplo nos sirven las pesquerías de atún y pez espada con palangre en el Adriático, con una media de descartes que puede llegar al 50%.

Es evidente que para conseguir pesquerías sostenibles, sobre todo en relación con las técnicas de pesca más potentes, como en Europa, hay que controlar los descartes. La Unión Europea lleva años negociando cómo y qué hacer. Su primera propuesta era prohibir los descartes, con lo que ello supone de cambio en los métodos de pesca y en los materiales como redes y demás. Por fin, en la última semana de mayo se llegó al acuerdo de limitar los descartes al 5% de lo pescado para 2019. Se debe llegar al 7% en 2015 e ir bajando el porcentaje hasta el 5% acordado. No es el acuerdo ideal para conseguir pesquerías sostenibles, pero es un primer paso.

Y, sin embargo, quién lo iba a decir, pero hay otras especies, no los peces, que se verán perjudicadas por la prohibición o, incluso, solo por la disminución de los descartes. Stephen Votier, al que antes citaba, nos lo va a explicar, aunque es fácil suponerlo pues seguro que lo han visto ustedes mismos. Cuando un pesquero, al acabar la jornada, vuelve a puerto, lo hace rodeado de gaviotas, a veces de decenas de gaviotas. Ya lo habrán adivinado: esas gaviotas se alimentan de los descartes, de lo que los pescadores tiran al mar, y si disminuye, hay menos para comer.

Para estudiar el comportamiento de estas aves marinas, Votier utiliza cámaras fotográficas y GPS diminutos que coloca en ejemplares de alcatraces atlánticos, Morus bassanus, una majestuosa ave oceánica, típica del Atlántico Norte, que mide casi 1 metro de la cabeza a la cola y más de metro y medio de extremo a extremo de las alas. Pone cámaras y GPS a 20 ejemplares y recuperan 19, pero solo 10 recogen un viaje completo de comida. En total, los autores analizan 20643 fotografías.

Los 10 alcatraces fotografían a 28 pesqueros, la mayoría de  ellos arrastreros, a los que siguen para comer. También fotografían a otras aves marinas, que también se alimentan de los descartes, como gaviotas de varias especies o fulmares.

La conducta de los alcatraces es típica pues, una vez que están junto al pesquero, comen y, de vez en cuando, se van a hacer exploraciones en zonas cercanas, pero vuelven al poco tiempo a seguir comiendo si no han encontrado otra cosa. Conocen al pesquero y lo siguen. El único resultado curioso, y por ahora inexplicable, es que esta conducta la siguen el 81% de los machos y solo el 30% de las hembras.

El mismo grupo, ahora liderado por Anthony Bicknell, de la Universidad de Plymouth, ha estudiado las especies que se alimentan de los descartes. Aseguran que no son muchas y, además, la mayoría tienen un área de distribución geográfica extensa y una diera variada. Entre ellas están, en el Atlántico, la gaviota tridáctila, la gaviota argéntea, la gaviota sombría y el gavión entre otras, y en el Mediterráneo, la gaviota de Audouin, la pardela cenicienta, el charrán común, el charrán patinegro y la pardela balear. Muchas de estas especies son omnívoras o piscívoras, con una dieta amplia y, además, oportunistas. La prohibición de los descartes supondrá, en principio, una caída de la población y, después, un cambio de dieta que, sugiere Bicknell, se dará con cierta facilidad. Solo algunas especies, como la pardela balear, con un área geográfica restringida y en peligro de extinción, requerirán una atención especial por parte de los científicos y de la administración.

 

 

*Bicknell, A.W.J. y 3 colaboradores. Potential consequences of discard reform for seabird communities. Journal of Applied Biology doi:10.1111/1365-2664.12072

*Votier, S.C. y 4 colaboradores. 2013. A bird’s eye view of discard reforms: Bird-borne cameras reveal seabird/fishery interactions. PLOS ONE 8: e57376

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


marzo 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31