Nuestros dedos se arrugan cuando permanecen un tiempo en el agua. Kyriacos Kareklas y sus colegas, de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, nos cuentan que esas arrugas, que se creía se formaban por absorción de agua en la piel, más bien se deben a la acción del sistema nervioso autónomo que, al provocar una vasoconstricción en los dedos, hace que llegué menos líquido a la punta de los dedos, disminuye su volumen y, en consecuencia, la piel se arruga. No es, por tanto, un proceso automático sino que, en gran parte, está controlado por el sistema nervioso, Pero entonces, se pregunta Kyriacos Kareklas, ¿qué función tienen estas arrugas? Kareklas razona que manejar objetos sin mucho relieve y mojados es difícil: todo resbala. En cambio, con la piel arrugada, la fricción es mayor y la eficacia en el manejo aumenta. Por tanto, Kareklas se propone demostrar que el manejo de objetos húmedos es mejor con los dedos arrugados.
El experimento lo hace con 20 voluntarios, con 13 mujeres y edades de 21 a 34 años. Para provocar las arrugas en los dedos, deben sumergir las manos en agua a 40ºC durante media hora y, si pertenecen al grupo control, es decir, de dedos sin arrugas, a continuación se secan las manos y esperan entre 10 y 20 minutos.
Los voluntarios, para probar la eficacia de los dedos arrugados, deben pasar 45 objetos (39 canicas de vidrio y 6 plomos de pescar) de un recipiente, a veces con agua y otras sin agua, a otro recipiente cogiendo cada objeto con los dedos índice y pulgar de la mano derecha, pasándolo a través de un orificio de 5 por 5 centímetros en un panel a los mismos dedos de la mano izquierda y dejándolo en otro recipiente. Kareklas cronometra el tiempo que tardan en transferir los 45 objetos.
El voluntario más rápido consigue pasar los 45 objetos en 72 segundos y el más lento en 198 segundos. Es un 17% más lento pasar los objetos húmedos pero, si se tienen los dedos arrugados, se tarda un 12% menos. En cambio, para pasar los objetos secos, da igual tener los dedos arrugados o no. Sólo hay más rapidez con los objetos húmedos.
En conclusión, las arrugas en los dedos ayudan a manejar con más eficacia objetos mojados. Kareklas propone que las arrugas en los dedos se seleccionaron en la evolución porque suponen una ventaja en la recolección de alimentos en entornos húmedos, quizá plantas acuáticas.
*Kareklas, K., D. Nettle & T.V. Smulders. 2013. Water-induced finger wrinkles improve handling of wet objects. Biology Letters 9: 20120999