Vivimos en una sociedad que nos lleva a reducir nuestras horas de sueño y a estar activo cuando, según nuestro ritmo diario, nuestro sueño debería ser más profundo. Como dato, en España y en 2006 se dormía una media de siete horas y media. Esta falta de sueño provoca somnolencia y es la causa de accidentes, especialmente de accidentes de tráfico. Para evitarlos, Jacques Taillard y sus colegas, de la Universidad de Burdeos, nos cuentan que, según investigaciones previas, el café y la siesta son las herramientas más efectivas en ensayos reales de conducción de vehículos con somnolencia. Pero, a pesar del sueño, el 46% de los conductores con falta de dormir no paran para tomar café o descansar un rato. A veces, la excusa es lo lejos que está el área de servicio o, incluso, el no ser conscientes del sueño y el cansancio que tienen. Y, como mejor solución, encienden la radio o abren la ventanilla. En conclusión, los autores sugieren que desarrollar medidas contra el sueño en la conducción debería uno de los objetivos prioritarios en salud pública.
Por otra parte, Gaillard nos explica que las células fotosensibles ganglionares de la retina, que tienen el fotopigmento melanopsina, responden directamente a la luz azul. Llevan la información al cerebro por el llamado núcleo supraquiasmático, que es donde se localiza nuestro reloj interno, hasta el área central cerebral que regula tanto la excitación como el despertar. También sabemos que la exposición continúa a la luz azul, aunque sea de baja intensidad, es eficaz, tanto objetiva como subjetivamente, para mantenernos alerta tanto a la mañana como a la noche. Los autores se preguntan si la exposición a una tenue luz azul ayudaría a mantenerse despiertos y atentos, y evitar así los accidentes de tráfico, a los conductores con sueño.
Planifican un experimento con 40 conductores voluntarios, todos hombres de 20 a 50 años de edad. Conducen 400 kilómetros por una autopista, de 1 a 5 de la madrugada, con una parada de 15 minutos a los 200 kilómetros, y toman, divididos en tres grupos, una exposición continua a luz azul, 200 miligramos de cafeína (Nescafé) en dos veces, o placebo de cafeína (Nescafé descafeinado). Para cuantificar su atención, y sus distracciones, durante la conducción, los investigadores apuntan cuantas veces pisan la línea lateral de la autopista. Con el café con cafeína, la media de toques a la línea es de 12.51, con la luz azul es de 14.58, y con el placebo sin cafeína es de 24.42 veces. Por tanto, la luz azul es casi tan efectiva como la cafeína para evitar los errores por somnolencia en la conducción. Ahora hay que investigar lo mismo en mujeres y en una muestra mayor.
*Taillard, J. y 5 colaboradores. 2012. In-car nocturnal blue Light exposure improves motorway driving: A randomized controlled trial. PLoS one 7: e46750