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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Pensar y creer

Mucha gente cree en Dios, pero también hay muchos no creyentes. Además, creer y no creer fluctúan en el tiempo y en las diferentes situaciones de la vida. Por otra parte, creer y no creer son conductas complejas, con muchas y variadas causas y modeladas por la psicología y la cultura. Y en cuanto al no creer, se sabe muy poco de sus bases psicológicas. Nos cuentan Will Gervais y Ara Norenzayan, de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, Canadá, que el pensamiento intuitivo está en la base del creer y, por el contrario, que el pensamiento analítico provoca el no creer. Definen pensamiento intuitivo como aquel que se basa en atajos mentales que llevan a respuestas rápidas y, la mayoría de las veces, eficientes, y pensamiento analítico es el que provoca respuestas razonadas y deliberadas. Y para conocer cómo el pensamiento analítico lleva a no creer, nos explican Gervais y Norenzayan los resultados de sus cinco experimentos.

En el primero trabajan con 179 universitarios canadienses y relacionan el resultado de una tarea que implica la utilización de pensamiento analítico con tres medidas de creencia religiosa. La tarea supone aplicar matemáticas a tres problemas aritméticos sencillos y las tres medidas de la creencia tratan de la religiosidad personal, del las creencias religiosas intuitivas y de la creencia en seres sobrenaturales. Como los autores suponían, llevar a cabo las cuentas  aritméticas se relaciona negativamente con las tres medidas de creencias. O sea, los voluntarios que aplican matemáticas puntúan peor en cuanto a creencias.

Los otros cuatro estudios incluyen que los voluntarios hagan tareas que  suponen pensamiento analítico, con sus respectivos controles, y después deben puntuar su creencia en Dios de 0 a 100. Por ejemplo, en uno de los experimentos, 26 voluntarios ven una imagen de “El Pensador” de Rodin y 31 ven una imagen del “Discóbolo”. Pues bien, los que ven “El Pensador” creen menos y puntúan sus creencias con una media de 41.4 puntos mientras que los que ven el “Discóbolo” creen más y se puntúan con 61.55 puntos. En otro de los experimentos, los voluntarios leen una frase formada por 5 palabras, retiran una y reconstruyen la frase con las 4 restantes. Cada grupo de 5 palabras tiene una que tiene que ver con el pensamiento analítico (pensar, razonar, analizar,…) o alguna palabra neutra (martillo, zapato, marrón,…). El resultado es parecido al conseguido en el experimento anterior: los que manejan palabras relacionadas con el pensamiento creen menos que los que tratan con palabras neutras. Por cierto, en estos experimentos, no hay diferencia entre quienes, antes de empezar los experimentos, se declaran creyentes y lo que afirman no ser creyentes.

En conclusión, el pensamiento analítico empuja hacia el no creer y, seguro, no es el único factor que provoca esta respuesta tan compleja.

 

*Gervais, W.M. & A. Norenzayan. 2012. Analytic thinking promotes religious disbelief. Science 336: 493-496.

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