>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Peces zombies

Además de zombies de película, que abundan hasta el agobio, sabemos de hormigas zombies y de los hongos que las transforman y, ahora, vamos a enterarnos de que también hay peces zombies y gusanos trematodos que los matan. Nos cuentan la cruel historia Kevin Lafferty y Kimo Morris, de la Universidad de California en Santa Barbara.

El pez protagonista es el llamado, en California, “killifish”, de la especie Fundulus parvipinnis, y el parásito es el trematodo Euhaplorchis californiensis. Este parásito tiene, como muchos otros, un complicado ciclo vital con pasos sucesivos por tres huéspedes. Madura sexualmente en algunas aves de gran tamaño y muchas de ellas marinas como gaviotas, pelícanos, cormoranes o rapaces. Una vez maduran ambos sexos del trematodo en el ave huésped, copulan y ponen huevos que pasan a las heces y son expulsados por el ano. Un caracol marino, el Cerithidea californica, es el segundo huésped del trematodo. Se alimenta de las heces y, por tanto, se traga los huevos del parásito. En el interior del caracol, los huevos se abren y dan lugar a las crías, llamadas cercarias, que castran al caracol, viven en su interior durante un par de generaciones, lo abandonan y salen al exterior, al medio acuático marino. El pez, que será el tercer huésped, filtra gran cantidad de agua de mar por sus branquias para respirar. Las cercarias del trematodo, que se encuentran en el agua, en esa filtración quedan adheridas a las branquias, penetran en el cuerpo y se acumulan en el cerebro. Cuando las aves marinas comen los peces parasitados, el ciclo vital del trematodo se cierra y vuelve a empezar.

Este es el ciclo del trematodo; ahora veamos algunos detalles que han estudiado Lafferty y Morris. Han trabajado con peces infectados y no infectados. Los primeros los han recogido en una zona de la costa de California en la que están los tres huéspedes del trematodo, y los segundos en otra área donde no existe el caracol Cerithidea, no se cierra el ciclo y por tanto los peces no están infectados. Colocan juntos peces parasitados y no parasitados en un acuario y observan su comportamiento. Cada sesión dura 30 minutos y en el acuario tienen 18 peces con parásito y 16 sanos. Sus conductas, después de obtener las medias, son: enseñan el flanco y brillan 3.8 veces los parasitados y 0.8 los sanos; se acercan a la superficie 11.2 veces los parasitados y 4.5 los sanos; se retuercen 0.9 los parasitados y 0 los sanos; vibran 2.2 veces los parasitados y 0 los sanos; y, finalmente, se sacuden, 2.9 los parasitados y 0 los sanos.

Ya ven, los parasitados se agitan y mueven mucho más que los peces sanos y, además, más cerca de la superficie. O sea, el parásito en el cerebro hace que los peces se muestren más a las aves marinas que los van a capturar y, de esta manera, cerrarán el ciclo vital del trematodo. Para confirmarlo, Lafferty y Morris colocan peces parasitados y no parasitados en jaulas al aire libre, al alcance de las aves, y constatan que, en la jaula con los sanos, los ejemplares bajan de 53 a 49, mientras que en la jaula de los parasitados el número baja de 95 a 44. Más de la mitad de los parasitados son capturados por las aves.

Tenemos otro zombie, en este caso un pez, al que un trematodo en el cerebro le cambia la conducta para que el gusano pueda completar su ciclo vital.

 

*Lafferty, K.D. & A.K. Morris. 1996. Altered behaviour of parasitized killifish increases susceptibility to predation by bird final hosts. Ecology 77: 1390-1397.

 

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


mayo 2013
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031