Cuentan las estadísticas que, en Estados Unidos, entre el 8% y el 34% de los estudiantes en edad universitaria han utilizado o, más bien, malutilizado algún estimulante sin la prescripción médica necesaria. Según Tonya Dodge y su equipo, de la Universidad George Washington de la capital federal Washington, el principal motivo que alegan estos universitarios para la utilización de estos estimulantes es conseguir un mejor rendimiento académico. Dicen que se concentran mejor para estudiar, se sienten menos inquietos y aguantan más tiempo. Y, también, utilizan estos estimulantes para conseguir un mejor rendimiento y ser más competitivos en las actividades deportivas, tan importantes en las universidades de aquel país. Por otra parte, estos deportistas universitarios también usan esteroides anabolizantes para mejorar sus resultados. De nuevo en Estados Unidos, el 1.5% de los jóvenes reconoce haber tomado alguna vez los esteroides anabolizantes. En resumen, anfetaminas para estudiar y anfetaminas y esteroides para el deporte es la receta de una minoría de los universitarios estadounidenses. Y Tonya Dodge se pregunta qué piensan los universitarios en general sobre el uso de estas sustancias.
Trabaja con 1200 voluntarios, de menos de 25 años y todos chicos pues las encuestas previas indican que este es un problema de los universitarios y no de las universitarias. Se les presentan dos escenarios, uno de ellos con un estudiante que toma anfetaminas y consigue aprobar una asignatura que llevaba muy mal, y otro con un universitario deportista que toma esteroides y consigue ganar la prueba en que participa. Se pide la opinión de los voluntarios por medio de una encuesta.
Primero unos datos: menos del 1% de los encuestados reconoce haber usado esteroides durante los últimos doce meses, y el 8% declara lo mismo respecto a las anfetaminas. De entre estos usuarios, el 4% acepta haber tomado esteroides o anfetaminas dos veces el último año, el 1.4% entre tres y cinco veces, el 1.4% entre seis y nueve veces, y el 1.5% diez veces o más. En cuanto a la opinión de los voluntarios, es curioso que mientras que piensan que los deportistas que usan esteroides son unos tramposos, consideran que los estudiantes que toman anfetaminas para estudiar no lo son y tienen una conducta aceptable. Es más, los deportistas son más tramposos cuantos más esteroides toman y, por el contrario, los estudiantes son menos culpables cuantas más anfetaminas toman.
Parece que los universitarios consideran las anfetaminas como algo necesario para estudiar, y las excusan, y los esteroides para los deportistas como algo no necesario que significa únicamente una trampa para la competición y quedar por encima de deportistas más honrados.
*Dodge, T. y 3 colaboradores. 2012. Judging cheaters: Is substance misuse viewed similarly in the athletic and academic domains? Psychology of Addictive Behaviors DOI:10.1037/a0027872