El artículo que Ethan Kross y su grupo, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, comienza así: “Considere estas dos situaciones. En la primera, usted se tira una taza de café caliente en el brazo, y siente un intenso dolor. En la segunda situación, mira unas fotografías de su última pareja, que le acaba de dejar inesperadamente, y, según ve cada una de las imágenes, siente el rechazo experimenta dolor, un dolor distinto al que provoca el café hirviendo. Ambas situaciones parecen muy diferentes. Mientras que la primera trata de un estímulo nocivo para el cuerpo, la segunda viene del final de una relación social”. Kross se pregunta por qué culturas de todo el mundo describen ambos dolores con los mismos términos –dolor, daño, herida,…- y si esto implica que los dolores que se originan por el daño físico o por el rechazo social tienen, entonces, algo en común.
El grupo de Kross trabaja con 40 universitarios, con 21 mujeres y una edad media de 20.8 años. Reclutados a través de Internet, todos están sanos y siguen ningún tratamiento psicológico o psiquiátrico. Por supuesto, aseguran que sus parejas les han dejado en los últimos seis meses. Pasan por resonancia magnética después de ver fotografías de la expareja o de sentir dolor físico en el brazo por calentamiento, según lo declaran los mismos voluntarios.
Cuando los autores analizan la actividad cerebral después de que reciben los estímulos, físico o romántico, encuentran que se activan las mismas zonas del cerebro: la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal. Ambas estructuras están ubicadas en el lóbulo parietal, cerca del lóbulo temporal, en la superficie del cerebro, algo por encima de las orejas. Ya se sabía que, sin en un cerebro se activan estas zonas, la probabilidad de que sea por un dolor físico es del 88%. Y, ahora, Kross y sus colegas encuentran que esas mismas zonas se activan con el dolor que hemos llamado romántico.
En fin, que la sabiduría popular acertó al definir ambos dolores con los mismos términos y, además, quizá esta misma activación explique por qué algunos dolores que no son físicos, en principio, acaban provocando daños físicos.
*Kross, E. y 4 colaboradores. 2011. Social rejection shares somatosensory representations with physical pan. Proceedings of the National Academy of Sciences USA doi:10.1073/pnas.1102693108