Dormir lo hemos hecho siempre pues nuestra especie, como tantas otras, lo necesita. Lo hacíamos en el suelo, buscando lugares cómodos, confortables y seguros o, quizá, acurrucados unos contra otros como los simios que descubren, a la vez, las herramientas y las armas, la tecnología en una palabra, en la primera parte de “2001, una odisea en el espacio”, de Stanley Kubrick.
Sin embargo, en algún momento de nuestra historia, o prehistoria, inventamos la cama, ese mueble que muchos adoran y casi todos necesitan. Los antiguos egipcios, hace ya unos 5000 años, ya usaban camas como las nuestras, incluidas sus cuatro patas. Pero antes de las cuatro patas, nuestros antepasados aprendieron a preparar para dormir el suelo sobre el que dormían, como han descubierto Lyn Wadley y sus colegas, de la Universidad del Witwatersrand de Johannesburgo, en Sudáfrica. Por lo que cuentan, ya sabían hacer la cama hace más de 70000 años.
Excavaron en Sibudu, en un abrigo en un acantilado de unos 20 metros de altura, junto al río Thongathi, unos 40 kilómetros al norte de Durban y a 15 kilómetros del Océano Índico, en el este de Sudáfrica. En los sedimentos a una profundidad de unos tres metros han encontrado 15 capas de material herbáceo, incluyendo hojas y tallos, con zonas interpuestas sin restos, Cinco de estas capas son las que los autores han estudiado en detalle al considerarlas la cama de los habitantes del abrigo…
Los datos del estudio son reveladores. Por ejemplo, algunas de las plantas encontradas no crecen en las cercanías del acantilado y, por tanto, los que allí vivían tuvieron que planificar su recogida, recolectarlas y llevarlas al abrigo. O, también, recogieron más de 300 frutos de ciprés y restos de tallos de juncos, planta habitual de zonas húmedas, seguramente las orillas pantanosas del cercano río Thongathi. Entre las delgadas capas con plantas hay, intercaladas, cenizas y restos de plantas quemadas. Puede que utilizaran estas cenizas como material blando y, quizá, todavía caliente, o que, a menudo, las camas se quemaran accidentalmente pues los hogares estaban cerca, o las quemaran con la intención de quitarse del medio pulgas, chinches, piojos, ladillas y demás bichos que, seguro, abundaban en las camas.
La cama más antigua la fecharon hace unos 77000 años y mide uno por dos metros. La capa más profunda tiene plantas grandes, como apoyo, y encima lleva una capa gruesa de hierbas, con hojas y tallos. Algunas de las plantas que aparecen en esta cama tienen compuestos aromáticos que, ahora lo sabemos, tienen propiedades insecticidas y matan o ahuyentan insectos como, por ejemplo, el mosquito que transmite la malaria.
De todas maneras, camas como estas, aunque no tan antiguas, han aparecido cerca de aquí, en la cueva Esquilleu, en el desfiladero de La Hermida en la zona occidental de Cantabria, como nos cuentan Dan Cabanes y su equipo del Instituto Weizmann de Ciencia de Rehovot, en Israel. Su cama tiene unos 50000 años y las hacían neandertales. Están formadas por capas de plantas, como en Sudáfrica, incluyendo hojas y tallos y alternando con otras capas con pocas muestras vegetales. Lo que no parece que hacían los neandertales era quemar la cama, aunque tendían las capas de plantas sobre un fondo de ceniza.
*Cabanes, D. y 3 colaboradores. 2010. Phytolith evidence for hearths and beds in the late Mousterian occupations of Esquilleu cave (Cantabria,Spain). Journal of Archaeological Science 37: 2947-2957.
*Wadley, L. y 5 colaboradores. 2011. Middle Stone Age Redding construction and settlement patterns atSibudu,South Africa. Science 334: 1388-1391.