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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Gallina empática

En la conducta humana es esencial la empatía, esa capacidad de ponernos en el lugar del otro y, de esta manera, sentir la necesidad de apoyarle y ayudarle. Somos una especie social, tribal si se quiere, y la empatía es, a menudo, el cemento que une el grupo. Y dicho con lenguaje más técnico, en general, la capacidad de verse afectado por el estrés de individuos de la misma especie es importante para el bienestar del grupo y de los individuos que lo forman. Por tanto, la empatía se puede definir como la habilidad en sentirse afectado y compartir el estado emocional de otro. No solo se da en la especie humana, también se ha descrito en otros mamíferos y, como nos cuentan Jo Edgar y sus colegas de la Universidad de Bristol, incluso en las gallinas.

Trabajan con 32 gallinas, 22 de ellas de la raza Light Sussex y las otras 10 son Wold Legbar. Tienen entre 50 y 60 semanas de edad y se mantienen, al inicio del proceso, agrupadas en un corral de 4×4 metros, con  5 centímetrosde serrín en el suelo. La temperatura es de 17ºCy el fotoperiodo de 12 horas de luz y 12 de oscuridad y comida y bebida la que quieran. Se cruza a las gallinas con dos gallos Light Sussex y se separan a corrales individuales más pequeños las 14 gallinas que tienen entre 4 y 8 pollos. Y ahora comienza el experimento.

En la primera semana, gallinas y pollos se hacen al ambiente de los corrales  en la segunda se acostumbran a las pruebas y a los aparatos de medida del ritmo cardiaco, la temperatura y el análisis del comportamiento. Las pruebas colocan a gallinas y pollos en cuatro situaciones. Control, en la que no pasa nada; chorro de aire durante 1 segundo de cada 30 a los pollos durante 10 minutos para estresarlos; lo mismo, pero a las gallinas; y, como segundo control, se les somete al ruido de la bomba que impulsa el chorro de aire pero sin aire.

Las gallinas reaccionan al chorro de aire a sí mismas y a los pollos con un mayor nivel de alerta, menos conducta de acicalar las plumas y bajada de la temperatura corporal. En los controles no hay cambios. Y cuando el aire afecta solo a los pollos, la madre también reacciona con más vocalización maternal y aumento del ritmo cardiaco. O sea, que las gallinas se ven afectadas por el estrés de los pollos y cambia su fisiología y su conducta en consecuencia.  Es, por lo tanto, un signo de empatía: el estrés de otro individuo de la  misma especie afecta al sujeto del experimento. En realidad, también se demuestra que la empatía es un rasgo característico y esencial de la relación madre-hijo, y así lo ha seleccionado la evolución puesto que presenta una ventaja en relación al éxito reproductor.

 

*J.L.Edgar y 3 colaboradores. 2011. Avian maternal response to chick distress. Proceedings of the Royal Society B doi:10.1098/rspb.2010.2701

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