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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Patriotismo

En las especies animales con estructura social, desde las hormigas a los humanos pasando por los estorninos y las sardinas, los individuos cooperan para defenderse a sí mismos y a los recursos que comparten. Y, por ello, repelen las intrusiones en su territorio, o sea, en su tierra, en su patria, de los grupos vecinos. Se podría pensar que para estas peleas, cuantos más seamos, mejor. Pero nuestra historia demuestra que no hay enemigo pequeño y que simplemente el número no garantiza la victoria. Margaret Crofoot y Ian Gilby, del Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical de Balboa, en Panamá, y de la Universidad Duke de Durham, en Carolina del Norte, han publicado un estudio con monos capuchino (Cebus capucinus) que aclara algunos aspectos de la relación entre el número de componentes del grupo y la defensa del territorio.

Margaret Crofoot es especialista en telemetría y ha colocado emisores en monos capuchino que pertenecen a cuatro grupos que viven e interactúan en la Isla Barro Colorado de Panamá. El número de individuos de los grupos no es el mismo pero el tamaño, como he dicho, no siempre da la victoria y los investigadores se proponen averiguar por qué es así.

Con los datos obtenidos del seguimiento de los grupos, reproducen 27 simulaciones de los movimientos y peleas entre ellos y obtienen, de inicio, que las hembras participan en las peleas un 80% menos que los machos. Por tanto, el número de hembras no es esencial para el resultado final de la contienda. Pero lo más curioso, es que hay muchos individuos que se escaquean de las peleas y, además, cuanto mayor es el grupo, más probable es que un individuo se haga el distraído. Es más, con cada aumento de un individuo en el grupo, la posibilidad de deserción aumenta en un 25%.

Por si fuera poco, también hay un elemento de lugar que provoca deserciones. Así, la probabilidad de que un individuo pelee es siete veces mayor (un 683%) si se encuentra en el centro del territorio de su grupo que si está en la periferia. La probabilidad de que no pelee un mono periférico es del 90%. Es decir, que si un grupo invade el territorio de otro, los primeros monos que se encuentra no están muy dispuestos a la pelea pero, cuanto más penetran en la tierra enemiga, se encontrarán una oposición más feroz.

Como los monos de los grupos más pequeños tienen menos territorio, casi ninguno de ellos es periférico y casi todos son centrales por lo cual todos luchan ferozmente y, de esta manera, el efecto del número no es tan importante pues también cuenta el lugar del territorio donde se lucha.

 

*Crofoot, M.C. & I.C. Gilby. 2012. Cheating monkeys undermine group strength in enemy territory. Proceedings of the NationalAcademy of SciencesUSA109: 501-505.

 

 

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