Regalos | La biología estupenda - Blog elcorreo.com >

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Regalos

La carta a los Reyes Magos, al Olentzero o a Santa Claus, según tradición familiar o preferencia particular, tienen su razón de ser que, por otra parte, es evidente: notificar a quien nos va a regalar algo cuáles son nuestros deseos. Es algo que hacemos habitualmente en las fiestas navideñas o en las listas de bodas pero que es más raro en los cumpleaños y aniversarios de todo tipo. Hay quien dice que parece feo eso de decir qué es lo que uno quiere. En fin, ahora Francesca Gino y Francis Flynn, de las universidades de Harvard y Stanford respectivamente, nos van a demostrar que revelar nuestros deseos es bueno para todos, tanto para el que regala como para el regalado.

En su experimento primero preguntan a los novios que tienen listas de boda sobre los regalos recibidos, tanto los que estaban en la lista como las sorpresas. Participan 198 voluntarios, 50 de ellos hombres. La media del valor de los regalos recibidos es de 125,60 euros, aunque este dato no afecta a la aceptación por los novios. Cuando se puntúan los regalos de1 a7, los que regalan según la lista de bodas y los que sorprenden lo hacen todos alrededor de 5. En cambio, los que reciben el regalo, o sea, los novios, puntúan el regalo según la lista con un 6.5 y el regalo sorpresa un punto menos, con un 5.4. Como ven, se aprecia más el regalo deseado.

Su segundo estudio es sobre los cumpleaños. Participan 160 personas, casi la mitad hombres. Los voluntarios deben imaginar que dan un regalo de cumpleaños a una persona que es importante para ellos, o reciben un regalo de cumpleaños de una persona también importante. Y tenemos un resultado calcado al anterior; de nuevo, el regalo más apreciado es el que ha pedido el cumpleañero.

Amazon y sus listas de deseos (“Wish Lists”) intervienen en el tercer experimento. Los 90 universitarios, casi la mitad hombres, forman dos grupos, uno de ellos recibe regalos y el otro grupo los da. El grupo que los recibe redacta su lista de deseos en Amazon; el grupo que regala, a su vez, se divide en dos, los que regalan según la lista de Amazon y los que sorprenden. No nos alarguemos, los resultados se repiten y lo más apreciado es seguir la lista de Amazon.

Los autores se preguntan cómo reaccionará el regalado si lo que propone no es una lista de posibles regalos sino únicamente uno solo, concreto y explícito. Lo estudian con 208 voluntarios y, como antes, se aprecia más recibir el regalo pedido pero ocurre que en este caso hay menos personas que se atreven a regalar otra cosa, diferente al único regalo deseado. En este caso, con una indicación tan clara de lo que quiere el que va a recibir el regalo, sorprender es casi ganas de fastidiar.

Hay un último tipo de regalo que provoca polémica: es aquel típico de quien no sabe o no quiere saber qué regalar y se decide por una cantidad de dinero. Según el experimento de Gino y Flynn con 170 universitarios, casi la mitad hombres, si existe una lista extensa de posibles regalos, por ejemplo, una lista de bodas, a quienes reciben el regalo no les importa recibir dinero. Sin embargo, en un trabajo de Carole Burgoyne y David Routh, de las universidades de Bath y Bristol respectivamente, nos aclaran que esto de regalar dinero no es tan sencillo. Trabajan con 92 universitarios a los que piden que redacten un diario, durantela Navidad, con sus opiniones y sensaciones sobre los regalos que reciben. Las conclusiones son reveladoras sobre el significado de los regalos: además del propio regalo en sí, lo regalado es un mensajero que incluye el grado de intimidad entre quien da y quien recibe y. además, la jerarquía entre ellos. Y, de esta manera, el dinero es mudo; vale lo mismo para quien no se conoce y para quien es íntimo, no dice nada. Y, encima, según de quien y a quien, hasta puede transmitir ideas equivocadas sobre la jerarquía entre las personas. Por ello, mejor dejarlo en la cartera y esforzarse más en encontrar algo que tenga un significado, a ser posible adecuado a la persona y a la ocasión.

 

*Burgoyne, C.B. & D.A. Routh. 1991. Constraints on the use of money as a gift at Christmas: the role of status and intimacy. Journal of Economic Psychology 12: 47-69.

*Gino, F. & F.J. Flynn. 2011. Give them what they want: The benefits of explicitness in gift exchange. Journal of Experimental Social Psychology 47: 915-922.

 

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


febrero 2012
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
272829