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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Dientes

Los individuos de la especie humana tienen un historial de vida poco habitual en el grupo al que pertenecen, el de los grandes monos. Un nacimiento temprano, infancia muy larga, madurez reproductiva tardía, poco tiempo entre los nacimientos de una cría y de la siguiente, mucho tiempo de vida, y todo ello, sobre todo en la infancia y la juventud, supone un tiempo muy largo para el desarrollo y el aprendizaje. Por el contrario, el resto de los grandes monos, que son las especies vivas más cercanas a la nuestra, tienen una infancia corta, se reproducen pronto y tienen intervalos de tiempo largos entre los nacimientos de sus crías. Se supone que esta deriva hacia tiempos largos comenzó hace unos seis o siete millones de años pero, en realidad, el origen evolutivo de estas diferencias entre nuestra especie y los grandes monos no se conoce.

Parece que los australopitecus y las especies más antiguas de nuestro género, Homo, todas ellas extinguidas, tienen un desarrollo más rápido, más cercano al de los grandes monos actuales. Es únicamente nuestra especie la que tiene un desarrollo más lento, en comparación tanto con las especies vivas como con las ya desaparecidas. Nos queda la especie más cercana a nosotros, algo así como nuestros primos desaparecidos, los neandertales. Tanya Smith y su grupo de la Universidad de Harvard se han propuesto estudiar el tipo de desarrollo de los neandertales a partir de sus dientes. Son un buen material de estudio pues fosilizan con facilidad, se conservan bien y suponen un registro detallado del crecimiento. Además, hasta ahora se utilizaban técnicas histológicas para el estudio de los dientes, lo que suponía la destrucción de la muestra. Smith y su grupo han utilizado el sincrotrón de rayos X de Ginebra que no destruye la muestra y permite otros estudios posteriores.

Los neandertales aparecieron hace unos 300000 años y desaparecieron hace unos 30000 años, con sus últimas poblaciones en el sur de la Península Ibérica. Durante miles de años convivió con nuestra especie desde el Oriente Medio hasta las costas atlánticas de Europa. Tanya Smith ha estudiado 90 dientes de neandertales fechados de30000 a130000 años atrás y pertenecientes a 28 ejemplares, con una edad estimada de3 a12 años. También ha trabajado con 39 dientes de nuestra especie que fosilizaron entre 90000 y 160000 años, obtenidos de 9 individuos con edades de5 a8 años.

Los resultados demuestran que los dientes de neandertales crecieron más rápido que los de nuestra especie lo que, a su vez, implica una infancia más corta. O sea, la separación de ritmos de crecimiento se dio, quizá, en el momento de la aparición de los neandertales y de nuestra especie a partir de un antepasado común. Los neandertales siguieron con crecimiento rápido e infancia corta, y nuestra especie apareció con crecimiento lento e infancia larga. Y, en conclusión, las crías de nuestra especie tuvieron más tiempo para aprender que las crías de los neandertales. Es una buena ventaja evolutiva de una especie sobre la otra. Quién sabe si, junto con otras causas, contribuyó a la desaparición de los neandertales.

 

*Smith, T.M. y 13 colaboradores. 2010. Dental evidence for ontogenetic differences between modern humans and Neanderthals. Proceedings of the NationalAcademy of SciencesUSA107: 20923-20928.

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