Para conseguir una buena calidad de vida en personas de edad lo mejor es seguir las reglas de un envejecimiento activo. Hacerlo proporciona buena salud, participación en actividades sociales, familiares y personales, y autoestima. Hay que implicarse en los asuntos típicos de una vida activa: actividades sociales, económicas, culturales, espirituales, cívicas, etc. Además, a mayor compromiso, mejor salud mental y física, menos mortalidad y más independencia. Entre las posibles actividades, ir de compras es una de las más habituales, es algo de todos los días. Yu-Hung Chang y sus colegas, del Instituto Nacional de la Salud de Taiwán en Zhunan, han investigado la importancia de ir de compras para la salud de los ancianos de su país.
Utilizan los datos de una encuesta nacional sobre el modo de vida de los mayores de 65 años, hecha en 1999 y 2000. De todos los encuestados, se seleccionan los 1841 que viven solos y responden a una encuesta más detallada sobre su modo de vida. La frecuencia de compras viene de la pregunta “¿Cuál es su frecuencia de ir de compras fuera de casa?”, con respuestas que van desde “Nunca o menos de una vez por semana” a “Todos los días”. Se determina su supervivencia en 2008, año en que se hizo el estudio y se relaciona la respuesta de los supervivientes a la pregunta sobre las compras con su estado cognitivo y de salud, estatus socioeconómico, y edad, sexo y demás variables habituales.
En 2008 han muerto el 37% de los encuestados en 1999 y 2000. El 62% de los que viven tienen más de 75 años y la mayoría ni fuman, ni beben ni trabajan. Casi la mitad, el 48%, no va de compras (“nunca o menos de una vez por semana”) frente al 17% que lo hace cada día o el 22% que va de dos a cuatro veces por semana. Entre los que ya han muerto, el 60% no compraba nunca mientras que el 43% de los que viven lo hace a menudo. Hay, parece, una asociación inversa entre comprar y morir, por lo menos antes de los 75 años. Los resultados indican que, en general, comprar mucho supone un mejor estado físico y cognitivo y una mayor supervivencia con un 28% para los hombres y un 23% para las mujeres.
Ir de compras promueve el ejercicio físico y el trato con los demás, vecinos y comerciantes, y supone estar al día de lo que ocurre en el entorno social y, por lo tanto, contribuye a la cohesión de la comunidad y a la seguridad y autoestima de quienes la forman. Por lo menos en Taiwán.
*Chang, Y.-H., R.C. Chen, M.L. Wahlqvist & M. Lee. 2011. Frequent shopping by men and women increases survival in the older Taiwanese population. Journal of Epidemiology & Community Health DOI:10.1136/jech.2010.126698