El concepto de moda entre los gurús actuales sobre la empresa es Responsabilidad Social Corporativa, o sea, RSC. Y dentro de la RSC está el desarrollo, por empresas de todos los sectores, de productos y procesos que minimicen los efectos negativos sobre el medio ambiente. La mayoría de estas empresas utilizan, cara al público y hasta límites absurdos, el color verde o, en su defecto, el azul para comunicarse con sus clientes y con la sociedad en general. Obviamente, reconocen que el potencial de la RSC “verde” para el marketing y las ventas es enorme.
Por ello, las etiquetas “verde”, “eco”, “bio”, “orgánico” y términos parecidos abundan en etiquetas y anuncios. Con esta estrategia, las empresas esperan ocupar el nicho que la inquietud por la degradación ambiental ha creado entre el público consumidor.
Un sector concreto que utiliza con asiduidad el enfoque ambiental en sus ventas es el de los viajes y el turismo. Viajes a la naturaleza, a lugares famosos por sus paisajes o por la belleza del entorno, tranquilidad, reservas y parques naturales, hoteles con encanto, casas rurales y ofertas parecidas llenan los catálogos de las agencias de viajes, algunas de ellas especializadas en viajes cuyo único fin es la naturaleza salvaje. Sin embargo, dentro de este sector que aprovecha poco estas inquietudes de los posibles clientes; son los restaurantes que, aparte de mencionar algunos de ellos que utilizan productos locales, hacen muy poca mención a cultivos orgánicos, granjas ganaderas con buen trato a los animales, no uso de transgénicos y asuntos de este estilo. Anna Krajl y su grupo, de la Universidad de Queensland en St. Lucia, Australia, han investigado la aceptación de los restaurantes “verdes” por sus posibles clientes.
Los autores han entrevistado a 455 clientes de cinco restaurantes, elegidos al azar, de la ciudad de Columbus, en Ohio, Estados Unidos. Buscan respuestas a las cuestiones que tienen que ver con si los clientes creen que es bueno que el restaurante se comprometa con prácticas respetuosas con el ambiente; si ese respeto tiene que ver con la gestión del negocio (agua, luz, basuras), con el uso de alimentos “verdes” (orgánicos y locales) y con la participación activa en organizaciones verdes (donaciones, voluntariado); también les interesa si los clientes pagarían más por comer “verde”; y si les parece bien que utilicen las prácticas “verdes” para anunciarse y ganar nuevos clientes.
Es indudable que la mayoría de los clientes apoyaría los restaurantes “verdes”: más del 60% está de acuerdo o muy de acuerdo en que existan, más del 68% pagaría más en la factura y el 35% pagaría un 10% o más. Desde un punto de vista más general, el 88% aprueba que la gestión del negocio sea “verde”, incluyendo el ahorro de agua y energía, el reciclaje de basuras o el uso de alimentos “orgánicos”.
En resumen, según los deseos de los clientes de restaurante, se puede asegurar que existe un nicho sin cubrir en este sector, los restaurantes “verdes”, en los que muchos clientes incluso estarían dispuestos a pagar más por disfrutar de menús “verdes” respetuosos con el ambiente.
“Schubert, F., J. Kandampully, D. Solnet & A. Kralj. 2010. Exploring consumer perceptions of green restaurants in the