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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Alavesia

A principios de 1999, la revista alemana de entomología Studia Dipterologica, en el primer número del año, publicaba un artículo de ocho caras firmado por Saskia Waters, del Instituto Bernard Price de Johannesburgo, y Antonio Arillo, de la Universidad Complutense. En el trabajo se describía una extraña mosca, con unas antenas engrosadas peculiares, que los investigadores habían encontrado fósil en ámbar del yacimiento alavés de Peñacerrada. Fecharon el ejemplar hace 110 millones de años, es decir, que esta mosca, en algún momento de su vida, seguro que incordió a algún dinosaurio pues convivió con ellos. A la mosca la bautizaron como Alavesia subiasi.

Años más tarde, el mismo Antonio Arillo, junto a Enrique Peñalver, del Instituto Geológico y Minero de España, encontraron un segundo ejemplar de Alavesia, también fósil en ámbar, en el yacimiento El Caleyu, en Asturias, cerca de Oviedo. Era una especie distinta y la llamaron Alavesia prietoi. Entretanto, otro ejemplar, dibujado pero no nombrado, se había encontrado en ámbar de Birmania.

Hace unos días llegó a los medios de comunicación el hallazgo, no muy habitual pero siempre sorprendente, de dos nuevas especies de Alavesia pero, ahora, vivas y nada menos que en las Montañas Brandberg, en Namibia, en el suroeste de África. Los descubridores han sido Bradley Sinclair, de la Agencia de Inspección de Alimentos de Canadá, con sede en Ottawa, y Ashley Kirk-Spriggs, de la Universidad del Estado Libre en Bloemfontain, Sudáfrica. Han llamado Alavesia brandbergensis y Alavesia daura a las dos nuevas especies.

Encontrar vivo un animal o planta que se creían extinguidos no es raro, aunque tampoco es habitual, y quizá por la espectacularidad que dan los años, nada menos que 100 millones de años en este caso, estos descubrimientos suelen llegar a los medios de comunicación. Son los “fósiles vivientes”; hay muchos y algunos hasta famosos como el okapi, esa jirafa enana del centro de África, el celacanto del océano Índico, las sequoias del oeste americano o los ginkos asiáticos. El área de distribución de estos “fósiles vivientes” suele ser restringida en la actualidad, muy localizada en sitios concretos que mantienen sus necesidades ecológicas. A menudo, también, su área original de distribución, cuando estaba en auge y, por ello, fosilizó en muchos sitios, era muy extensa. Con el tiempo, las condiciones del medio han cambiado y el área de distribución se ha reducido y así las conocemos en la actualidad.

*Peñalver, E,. & A. Arillo. 2007. A new species of the family Hybotidae in the Lower Cretaceous amber of El Caleyu (Asturias, Spain); Alavesia prietoi n.sp. Alavesia 1: 63-68.


*Sinclair, B.J. & A.H. Kirk-Spriggs. 2010. Alavesia Waters and Arillo –a Cretaceous-era genus discovered extant on the Brandberg Massif, Namibia (Diptera:Atelestidae). Systematic Entomology 35: 268-276.


*Waters, S.B. & A. Arillo. 1999. A new genus of Hybotidae (Diptera, Empidoidea) from Lower Cretaceous amber of Alava (Spain). Studia Dipterologica 6: 59-66.

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