En Dinamarca existe la creencia, muy extendida, de que sumergir los pies en cualquier bebida espirituosa emborracha pues, quién lo iba a decir, se asegura que el alcohol se absorbe a través de la piel de los pies. Incluso hay quien afirma que bañar los pies en zumo de remolacha enrojece la orina. Christian Stevns Hansen y un par de colegas del Hospital de Hillerod, en Dinamarca, preocupados quizá por la aceptación de esta leyenda urbana, se propusieron estudiarla en un entorno científico. El proyecto recibió el nombre de PEACE ON EARTH, acrónimo que deriva del inglés “Percutaneous Ethanol Absorption Could Evoke Ongoing Nationwide Euphoria And Random Tender Hugs”, o sea, que “La absorción percutánea de alcohol podría provocar la euforia de toda la nación y tiernos abrazos al azar”. También aseguran nuestros científicos que los resultados del estudio liberarían recursos que se podrían dedicar a actividades más importantes.
Los voluntarios que se someten al experimento son, precisamente, los tres autores del trabajo. Sumergen los pies por tres horas en un balde que contiene 2100 mililitros de vodka (Karloff, 37.5%). Antes del baño y después cada 30 minutos se toman muestras de sangre para medir el contenido de alcohol. Además, cada participante se autoevalúa sobre síntomas de borrachera como el exceso de autoconfianza, los deseos irreprimibles de hablar de más y el número de abrazos espontáneos.
Los resultados son claros: no aumenta el contenido de alcohol en sangre y no hay cambios en la autoevaluación de síntomas de borrachera. En fin, que el alcohol del vodka no se absorbe a través de la piel de los pies. Es una leyenda urbana. Y, por cierto, ahora está de moda en media Europa (ver videos en YouTube) beber vodka a través del globo ocular. Los autores de este trabajo y yo estamos de acuerdo de que esto no puede ser bueno para el ojo.
*Hansen, C.S., L.H. Faerch & P.L. Kristensen. 2010. Testing the validity of the Danish urban myth that alcohol can be absorbed through feet: open labelled self experimental study. British Medical Journal 341: c6812.