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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Dinero sucio

Siempre nos han dicho, desde niños, que después de tocar dinero hay que lavarse las manos como una regla básica de higiene. Recuerden que hace unos días hablábamos de los miles de millones de bacterias que hay sólo en la palma de una mano. Pues ya se pueden figurar ustedes cómo esas bacterias van de mano en mano; entre otros medios de viaje, está el dinero. Así, despierta nuestra curiosidad y para constatar si en el dinero hay tantas bacterias, nos interesa conocer el trabajo de Frank Vriesekoop, de la Universidad de Ballarat en Australia, y sus 18 colegas de 10 instituciones de 10 países de los 5 continentes. Han hecho el análisis bacteriológico de 1280 billetes de sus 10 países (Australia, Nueva Zelanda, México, Gran Bretaña, China, Irlanda, Holanda, Estados Unidos, Burkina Faso y Nigeria). Los billetes los obtienen en la calle y en locales que tienen que ver con la alimentación como tiendas, supermercados, restaurantes o puestos callejeros.

La presencia de bacterias en los billetes depende del material usado en su fabricación, fibra vegetal (algodón) o polímero plástico. Así, el yuán chino está a tope de bacterias mientras que los dólares australianos circulan prácticamente libres de gérmenes. El yuán está hecho de fibra vegetal y el dólar australiano de polímero plástico. Estos polímeros se usan, además de en Australia, en Nueva Zelanda y parcialmente en México. En este país circulan billetes de fibra vegetal y billetes de polímero con lo que Vriesekoop y su grupo pudieron hacer una comparación entre ambos: los billetes de papel tienen cuatro veces más bacterias que los billetes de polímero plástico.

También existe una relación muy estrecha entre el número de bacterias por centímetro cuadrado de billete y varios indicadores de prosperidad económica, sobre todo con el llamado “Índice de Libertad Económica”. Este Índice se elabora según 10 medidas de apertura económica, eficiencia reguladora, estado de derecho y competitividad; los principios básicos de libertad económica que se tienen en cuenta en el Índice son el fortalecimiento individual, el trato equitativo y la promoción de la competencia (España ocupa en el 2010 el puesto 36 de un total de 183 países; se sitúa en la zona “mayormente libre”). Pues bien, cuanto peor es el Índice más bacterias hay en los billetes.

En general, cuanto menos renta tiene un país, más bacterias tienen sus billetes. En estos países se tarda más en retirar de la circulación los billetes más usados y, por ello, suelen estar muy manoseados y sucios. Por otra parte, a más desarrollo y mayor renta, es más fácil seguir unas reglas sanitarias mínimas (aquello de lavarse las manos después de tocar dinero). Vriesekoop señala que los billetes más viejos están más arrugados y que hay una relación directa entre el número de arrugas y el número de bacterias por centímetro cuadrado.

Pocos de los microorganismos detectados son peligrosos pero, a pesar de ello y teniendo en cuenta que el grupo de investigación ha obtenido las muestras en comercios relacionados con la alimentación, los autores recomiendan seguir unas mínimas reglas de limpieza en el manejo de dinero.

*Vriesekoop, F. y 18 colaboradores. 2010. Dirty Money: An investigation into the higiene status of some of the world’s currencies as obtained from food outlets. Foodborne Pathogens and Disease 7: DOI:10.1089/fpd.2010.0606

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Por Eduardo Angulo

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