Las razones por las que los individuos forman parejas son de gran importancia para la evolución de nuestra especie; o, como se diría con una terminología más académica, la manera por la que los individuos se emparejan para formar unidades reproductoras es un factor de gran importancia en el proceso evolutivo. En el emparejamiento, conocer las preferencias en la elección de compañero es esencial para comprender todo el proceso. Aunque, también es cierto, no sólo cuentan las preferencias de los individuos sino algunos factores externos como, por ejemplo, la competición entre machos, los factores ambientales o las preferencias del otro individuo con el que se quiere formar pareja. En conclusión, que las preferencias de cada uno quizá no estén disponibles en el momento de elegir pareja y hay que conformarse, no hay más remedio, con lo que está en el mercado.
Alexandre Courtiol y su equipo, de la Universidad de Montpellier 2, han estudiado en 116 parejas francesas tanto sus preferencias en la elección de pareja como las características de su pareja actual en relación a la forma del cuerpo, en concreto, de altura, peso e Índice de Masa Corporal (IMC). Las mujeres tienen una edad media de 25.8 años, una latura media de 1.65 metros, un peso medio de 57 kilogramos y un IMC de de 21. En los hombres, la edad media es de 27.6 años, la altura de 1.77, el peso de 73 y el IMC de 23.2. La duración media de la relación en estas parejas es de 36 meses.
Los resultados demuestran que las preferencias y la realidad distan mucho para los hombres: prefieren mujeres con menos peso, más altas y con menor IMC que sus actuales parejas. Para las mujeres, no hay grandes diferencias entre sus deseos y sus parejas actuales. Sin embargo, aunque las mujeres están, en general, satisfechas con sus parejas, son más dispersas que los hombres y, así, hay una mayor dispersión de gustos y hay quien prefiere hombres más delgados mientras otras los prefieren más grandes (¿quizá prefieren lo que no tienen?).
En general, parece que rasgos que se consideran importantes para la atracción que ejerce una posible pareja luego, en la realidad, no son tan importantes en la elección final.
Por otra parte, este estudio no llega a la dimensión temporal de la existencia de la unidad reproductiva, o sea, que las preferencias por la pareja pueden cambiar con el tiempo. Jaime Confer y su equipo (dirigido por David Buss, cuyo libro La evolución del deseo, en Alianza Ed., recomiendo a quien le interesen estos temas), de la Universidad de Texas en Austin, han estudiado estas variaciones temporales con 375 voluntarios, hombres y mujeres. Sin entrar en más detalles, los hombres, más que las mujeres, cambian sus preferencias, y para una relación a corto plazo se fijan en el cuerpo mientras que para una relación a largo plazo se fijan más en el rostro. Las mujeres no muestran diferente interés por cuerpos o caras para relaciones a corto o a largo plazo.
*Confer, J.C., C. Paerilloux & D.M. Buss. 2010. More than just a pretty face: men’s priority shifts toward bodily attractiveness in short-term versus long-term mating contexts. Evolution and Human Behavior 31: 348-353.
*Courtiol, A., S. Picq, B. Godelle, M. Raymond & J.-B. Ferdy. 2010. From preferred to actual mate characteristics: The case of human body shape. PLoS ONE 5: e13010