>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Huevos

El colesterol, a pesar de la mala prensa que tiene, es un componente celular esencial. Existen mecanismos muy precisos que regulan la producción de colesterol, su utilización por las células, su ingestión en la dieta y su concentración en la sangre. El colesterol aparece en la pared en las arterias formando placas que, si obstruyen el conducto, provocan un accidente cardiovascular. Sin embargo, en una entrada anterior vimos que es difícil demostrar la relación entre la concentración de colesterol en sangre y el tamaño de las citadas placas. John Stanley, del Trinity College de Oxford, ha revisado la bibliografía existente de la relación entre el colesterol en la dieta y las enfermedades cardiovasculares y ha encontrado que las evidencias epidemiológicas son muy escasas, excepto en diabéticos.

En resumen, el colesterol en sangre no tiene relación directa con la cantidad de placas de colesterol en las arterias y, por otra parte, el colesterol en la dieta no está relacionado con el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
El mismo Stanley, en su revisión, encuentra datos de que el consumo de huevos, tan denostado en relación con el nivel de colesterol en sangre, sólo interviene en el caso de diabéticos. Ya en 1999, Frank Hu y su grupo, de la Universidad de Harvard, publicaron los resultados de un extenso trabajo con 37851 hombres, de 40 a 75 años, y 80082 mujeres, de 34 a 59 años, estudiando la relación entre el consumo de huevos y el riesgo de infarto o derrame cerebral. Como dice Stanley, sólo hay riesgo en diabéticos; en personas sanas, el consumo de hasta un huevo al día no provoca un aumento del riesgo.
Ya hemos dado tres pasos: el colesterol en sangre no se relaciona con las placas de colesterol, y el colesterol en la dieta, y más en concreto los huevos, no aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.
También es Stanley el que revisa cómo influye el colesterol en la dieta sobre el colesterol en sangre. El efecto es mínimo, mucho menor que el producido por grasas animales, y, además, nos dice muy poco sobre el cociente entre el LDL (lipoproteína de baja densidad o colesterol “malo”) y HDL (lipoproteína de alta densidad o colesterol “bueno”). Como dicen C.H.S. Ruxton y sus colegas de Nutrition Communications de Cupar, en Inglaterra, aquellos que tienen una dieta de carne roja y huevos están más saludables que quienes toman carne roja pero no huevos. Sumemos pues a lo anterior que el colesterol en la dieta no cambia sustancialmente el colestrol en sangre.
Y acabáramos: el colesterol en sangre no se relaciona directamente con las placas de colesterol; el colesterol en la dieta no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares; y los huevos, alimento maldito en este asunto, no aumentan el colesterol en sangre ni el riesgo de enfermedad cardiovascular.
*Hu, F.B., M.J. Stampfer, E.B. Rimm, J.E. Manson, A. Ascherio, G.A. Colditz, B.A. Rosner, D. Spiegelmann, F.E. Speizer, F.M. Sacks, C.H. Hennekens & W.C. Willett. 1999. A prospective study of egg consumption and risk of cardiovascular disease in men and women. Journal of American Medical Association 281: 1387-1394.
*Ruxton, C.H.S., E. Derbyshire & S. Gibson. 2010. The nutritional properties and health benefits of eggs. Nutrition & Food Sciences 40: 263-279.
*Stanley, J. 2010. Dietary cholesterol, blood cholesterol and cardiovascular disease. Lipid Technology 22: 110-112.

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


septiembre 2010
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930