En el trabajo participan 376 personas, y los autores realizan cuatro estudios. En el primero, con estudiantes universitarios, piden que describan las experiencias vitales emocionales que más les han impactado. El sexo no influye en los resultados y la tendencia es a describir a los acontecimientos sociales, interdependientes, como los más negativos y los más positivos. El segundo estudio pide a personas de mediana edad que relaten su experiencia emocional intensa más reciente. Los resultados coinciden con los del estudio 1. En el estudio 3 se demuestra que el fuerte impacto emocional de los momentos vividos con otras personas no se debe a que sean más públicos, más conocidos, que los momentos independientes o personales, quizá más privados. Y el estudio 4, el último de este trabajo, encuentra que cuando el sujeto piensa en experiencias interdependientes o independientes, siempre coloca las primeras por encima.

Según los autores, el mayor impacto de los eventos sociales se debe a nuestra necesidad de pertenencia, a nuestra necesidad de integrarnos en un grupo. En realidad, son los momentos de nuestra vida que tienen que ver con otras personas los que más impacto emocional dejan en nosotros, sea que producen felicidad, sea que producen dolor.