Las parejas románticas interaccionan de tal manera entre sí que, con el tiempo, acaban complementándose sus componentes. Entonces, si se produce la ruptura, ¿qué ocurre con las dos incompletas partes que quedan? Como la pareja es una parte importante de la vida de cada individuo, la ruptura puede producir un daño emocional muy intenso. Erica Slotter y sus colegas, de la Universidad del Noroeste en Evanston, han investigado el efecto de la ruptura en la personalidad de cada uno y, a la vez, cómo este impacto predice el bienestar emocional posterior.
Los autores trabajan con 72 universitarios de ambos sexos que tuvieron una relación pero terminó una media de 12 semanas antes del experimento. Según los resultados, los jóvenes sienten que el concepto que tienen de sí mismos ha cambiado después de la ruptura (cambian planes, aficiones conjuntas, grupos de amigos y muchas otras cosas) y, cuánto más cambio notan, menos clara tienen la percepción de sí mismos y, en consecuencia, a más cambio y percepción más confusa de sí mismos, más dolor emocional sienten. En resumen, tener claro el concepto de sí mismo puede ayudar a sentir menos dolor emocional o sufrirlo menos tiempo.
Es obvio, como demuestran los autores, que los que están más comprometidos con la relación, si esta falla, son los que más cambios tendrán en sus vidas y en su concepto de sí mismos y, por ello, los que más sufrirán la ruptura. A más compromiso, más cambios y más dolor.
En el siguiente experimento, Slotter y su equipo investigan las entradas en 76 blogs de personas que acaban de pasar por la ruptura de su relación. No son encuestas sobre sujetos experimentales sino datos de la vida real. Los autores quieren comparar la percepción de sí mismos en personas que han roto una relación, han cambiado algo importante en su vida profesional, o han cambiado algo corriente, no importante, en su vida. Es evidente, en los resultados de estas lecturas que proceden de la vida real, que los que han roto, como ocurría en el laboratorio, experimentan cambios y confusión en su autoconcepto y, en consecuencia, un mayor dolor emocional. Sin embargo, esta confusión disminuye con el tiempo, y la claridad sobre uno mismo y sobre los objetivos de la propia vida mejora según se aleja la fecha de la ruptura sentimental.
En resumen, la ruptura provoca cambios en la vida de cada uno y confusión en lo que uno quiere o no y, en consecuencia, pérdida de confianza y dolor; después de todo, muchos de los objetivos e intereses eran compartidos con la pareja, y esta se ha ido. Pero se puede reconstruir el sentido de quién soy y qué quiero si se aceptan los cambios, con el tiempo, y se reconstruye la confianza en uno mismo marcando quizá otros, o los mismos pero por elección propia, intereses y proyectos vitales. Sólo esa reconstrucción de uno mismo, quizá en un tiempo en soledad y sin pareja, lleva a una autoconfianza firme y clara.
*Slotter, E.B., W.L. Gardner & E.J. Finkel. 2010. Who am I without you? The influence of romantic breakup on the self-concept. Personality and Social Psychology Bulletin 36: 147-160.