Y, sobre todo, sé fiel a ti mismo, pues de ello se sigue, como el día a la noche, que no podrás ser falso con nadie.
Polonio a su hijo Laertes, en Hamlet de William Shakespeare.
Uno se pregunta si, en el mundo en que vivimos, el consejo de Polonio a su hijo es acertado. Por lo hasta ahora estudiado se diría que sí pues la autenticidad se relaciona con mayores autoestima y satisfacción vital. Y, además, con una mejor y más rica relación con otras personas. Amy Brunell y su grupo, de la Universidad del Estado de Ohio en Newark, han publicado recientemente un estudio que revela datos, conductas, interesante sobre la conexión entre autenticidad, entre ser fiel a sí mismo y las relaciones románticas.
Trabajaron con 62 parejas heterosexuales de estudiantes universitarios, con una edad media de 19,5 años, a las que sometieron a tres cuestionarios: el primero intenta averiguar como de sinceros son con ellos mismos con cuestiones como “Para lo bueno y para lo malo, me considero una persona sincera”; en el segundo cuestionario, se pregunta sobre su relación con su pareja, su disposición a discutir sus emociones con ella, y si guarda secretos fuera de la relación; y, en la tercera fase, se pregunta sobre su satisfacción en la relación de pareja y sobre su bienestar personal. Las sesiones para responder a los cuestionarios están separadas por dos semanas.
En todos los casos, los hombres y las mujeres más dispuestos a ser fieles a sí mismos también tienen una relación más íntima y menos destructiva con su pareja, y, por el contrario, sienten que es más positiva. Y se sienten mejor, tienen un bienestar personal mayor.
Sin embargo, hay una curiosa, aunque debo confesar que no del todo inesperada, diferencia entre hombres y mujeres. Los hombres que son más fieles a sí mismos tienen parejas con conductas de relación más saludables. En cambio, no existe relación entre que las mujeres sea más o menos fieles a sí mismas y la conducta de sus parejas. Parece que en las relaciones, las mujeres están a cargo de conseguir y mantener una mejor intimidad. Si el hombre tiene la misma actitud, ayuda a la mujer a conseguirlo, y la pareja funciona mejor. Pero si el hombre no ayuda tampoco se ve afectado por la conducta de la mujer, le da igual que intente mejorar la relación; quizá considera que no asunto suyo o que no tiene tanta importancia. O sea, la conducta del hombre en cuanto a la autenticidad predice la conducta de la mujer en la relación pero, lo contrario no ocurre, y la conducta de la mujer no predice la conducta del hombre.
*Brunell, A.B., M.H. Kernis, B.M. Goldman, W. Heppner, P. Davis, E.W. Cascio & G.D. Webster. 2010. Dispositional authenticity and romantic relationship functioning. Personality and Individual Differences 48: 900-905.