Vivimos en un entorno cada vez más apartado de la luz natural. En el hogar y en el trabajo, con la iluminación artificial, nos apartamos poco a poco, día a día con el transcurrir anual de las estaciones, del ciclo natural luz-oscuridad. Nuestro control se localiza en el hipotálamo , allí en el centro de nuestro cerebro. El ciclo es de más o menos 24 horas y es controlado por el patrón luz-oscuridad de cada lugar y momento del año; así se consigue, por medio de la luz, un ajuste más fino de las horas de sueño a cada época del ciclo anual. El sistema es muy sensible a la incidencia de luz azul (de 450 a 480 nanómetros de longitud de onda) durante la mañana.
Por otra parte, nuestros adolescentes son conscientes de que, a más edad, más tarde van a la cama por la noche. Quizá porque los padres pierden influencia sobre el comportamiento de sus hijos, o por tener más deberes y actividades extraescolares, o ver la TV o utilizar internet o, simplemente, porque están en la calle, el resultado final es ir más tarde a la cama. Incluso los fines de semana duermen entre 1.5 y 3 horas menos que entre semana. Mariana Figueiro y Mark Rea, del Instituto Politécnico Rensselaer de Troy, en Nueva York, suponen que, por los horarios de clase de los adolescentes, les falta recibir esa luz azul que hemos dicho que dirige nuestro ciclo de sueño. Estos jóvenes estarían la mayor parte del día recibiendo luz artificial que tiene una longitud de onda diferente a la luz azul.
Los autores trabajan con 11 alumnos de 13-14 años a los que colocan, durante cinco días y desde que se despiertan hasta que vuelven a casa hacia las 15.00 horas, unas gafas naranjas que eliminan la luz azul (por debajo de 525 nanómetros de longitud de onda). A la vez, miden en la saliva la concentración de melatonina, hormona que controla el ciclo de sueño y cuya secreción controla el hipotálamo. En los resultados está claro que la concentración de melatonina, después de los cinco días, alcanza su concentración más alta media hora después que cuando no se utilizan las gafas naranjas.
En resumen, la falta de luz azul por la mañana, retrasa el ciclo de sueño media hora, según la concentración de melatonina que aparece en la saliva.
*Figueiro, M.G. & M.S. Rea. 2010. Lack of short-wavelenght light during school day delays dim light melatonin onset (DLMO) in middle school students. Neuroendocrinology Letters 31: 92-96.