Es curiosa la tendencia que tenemos los humanos a creer que siempre estamos cargados de razón en nuestras ideas y en nuestra conducta. Y no sólo eso sino que, además, suponemos, presuntuosos como somos, que la gran mayoría piensa y actúa como nosotros (seguro que han oído a los políticos afirmar que actuan “como la gran mayoría de nuestro pueblo desea…”). Esta manera de ser es obvio que mejora nuestra autoestima y nos permite ir por la vida con la cabeza bien alta y el pensamiento tranquilo. Y parece que este es el convencimiento, también, de los maltratadores domésticos.

Es Clayton Neighbors quien dirige el equipo de la Universidad de Texas en Houston que ha investigado este asunto. Han entrevistado por teléfono a 124 maltratadores a la espera de juicio para conocer su conducta y sus ideas sobre la existencia de esa misma conducta en otros hombres. Los resultados son claros: los maltratadores sobreestiman la presencia de la violencia doméstica en otros hombres y lo afirman con más fuerza aquellos que han maltratado a su pareja en los últimos tres meses. Por ejemplo, los maltratadores piensan que el 27.6% de los hombres arrojan objetos a su pareja con la intención de hacerle daño, cuando el porcentaje real es del 11.9%. O creen que el 23.6% de los hombres ha obligado a su pareja a tener relaciones sexuales mientras que la cifra real es del 7.9%.

Quizá si convencemos a los maltratadores de que su conducta es rara, de que se sale de la norma, podamos reconducirlos hacia esas conductas mayoritarias en la sociedad que todos buscamos aún sin ser conscientes de ello, tal como hacen los propios maltratadores con su creencia de que el maltrato está más extendido de lo que la realidad demuestra. Y eso que esta realidad de violencia doméstica ya es absolutamente excesiva desde el momento en que hay un solo caso.

*Neighbors, C., D.D. Walker, L.F. Mbilinyi, A. O’Rourke, J.L. Edleson, J. Zegree & R.A. Roffman. 2010. Normative misperceptions of abuse among perpetrators of intimate violence. Violence Among Women 16: 370-386.