Lo cuenta con gracia Maria Angela Cerruto, de la Universidad de Verona, cuando explica el susto que se dió, al leer en el Daily Mail del 29 de octubre de 2007, que, en las mujeres, llevar zapatos con tacones altos puede provocar esquizofrenia. Su grupo acababa de presentar un trabajo en el Congreso de la Asociación Europea de Urología celebrado en Berlín, sobre el efecto de los tacones en las mujeres y, desde luego, entre ellos no estaba la esquiziofrenia.
El artículo en el que se basaba el Daily Mail para su amenazadora noticia fue escrito por Jarl Flensmark, de Malmoe, en Suecia, y traza un largo recorrido histórico entre el uso de zapatos con tacones y la extensión de la esquizofrenia. Sus argumentos, como dice Maria Cerruto, son difíciles de refutar y ni siquiera es fácil su confirmación, pues son hechos históricos y conjeturas que, según al autor, ocurren en el mismo tiempo y relacionan los tacones de aguja con las enfermedades mentales. No es posible demostrar esta relación con certeza pero Cerruto, que es uróloga, ha conseguido demostrar que la postura que los zapatos con tacones obligan a adoptar a los músculos de la pelvis, los fortalece y permite una mejor contractibilidad. Cerrato y su grupo lo han demostrado con un grupo de 66 mujeres de 29 a 49 años. La longitud del tacón debe ser de 2 a 5 centímetros (aproximadamente, zapatos con un ángulo de 15º respecto de la horizontal), siendo los 5 centímetros la altura la más eficaz. Un resultado parecido habían encontrado Chia-Hsin Chen y su grupo, de la Universidad de Kaohsiung, en Taiwan, con 39 mujeres de 38 a 78 años.
Maria Cerruto no lo puede afirmar con claridad pero, cuando escribe sobre un mejor funcionamiento de los músculos pélvicos, le añade unos evidentes signos de admiración y, más adelante, afirma que con el uso de los tacones altos mejora el bienestar de los órganos pélvicos, y lo resalta con más signos admirativos. Ya no nos queda más que deducir que nos está sugiriendo que lo que se incrementa es la satisfacción sexual de la mujer que usa los tacones. Como decía el titular de un periódico de la época, “Sexo y tacones altos, ¿existe una relación?”.
*Cerruto, M.A., E. Vedovi, S. Dalla Riva, S. Rossi, S. Cardarelli, P. Curti, L. Ruggera & F. Zattoni. 2007. The effect of ankle in upright position on the electromyographic activity of pelvic floor muscles in women with stress urinary incontinence. European Urology Supplement 6: 102.
*Cerruto, M.A., E. Vedovi & W. Mantovani. 2008. Women pay attention to shoe heels: Besides causing schizophrenia they might affect your pelvic floor muscle activity!! European Urology 53: 1094-1095.
*Chen, C.-H., M.-H. Huang, T.-W. Chen, M.-C. Weng, C.-L. Lee & G.-J. Wang. 2005. Relationship between ankle position and pelvic floor muscle activity in female stress urinary incontinence. Urology 66: 288-292.
*Flensmark, J. 2004. Is there an association between the use of heeled foorwear and schizophrenia? Medical Hypotheses 63: 740-747.