Hoy en día, con las ecografías, muchos de los misterios sobre el hijo que va a nacer se han resuelto. Pero todavía queda algún rescoldo que, de vez en cuando, nos devuelve a curiosos como nosotros a años de ignorancia y de deseo de conocer le futuro. Por ejemplo, Boguslaw Pawlowski y su colega E. Cieplak, de la Universidad de Wroclaw, en Polonia, propusieron hace unos años que el peso, en el nacimiento, del primer hijo influía en el sexo del segundo hijo. O sea, que se puede predecir el sexo del segundo hijo a partir del peso del primer hijo. Para demostrarlo, los autores estudian los historiales de 227 madres de la zona de Wroklaw que tienen dos hijos que no son gemelos y que no siguen ningún tratamiento hormonal. Consiguen resultados curiosos: en primer lugar, si el primero es un niño y la segunda una niña, éstas pesan 3,2 kilogramos de media; y si la primera es una niña, entonces la segunda niña pesa 3,05 kilogramos de media. Es decir, las niñas pesan más si el hermano mayor es un niño (¿será quizá para que se puedan defender de su hermano mayor?).
Y, si la primera es una niña con un peso por debajo de la media, 3,2 kilogramos, la proporción de sexos chico:chica en el segundo hermano es de 36:64% o, lo que lo mismo, si la primera es hermana y pesa poco, en segundo hermano será también chica en dos de cada tres casos. Por el contrario, si la hermana mayor pesa más de 3,2 kilogramos, la proporción se invierte, y el segundo hermano será chico en dos de cada tres casos. O, dicho de otra manera, a hermana mayor ligera, dos de cada tres serán chicas; y a hermana mayor pesada, dos de cada tres serán chicos.
Martin Tovée y su grupo de la Universidad de Newcastle plantean otra aproximación para adivinar el sexo del bebé. Utilizan el cociente cintura/cadera de la mujeres: cuanto más se acerca a 1, más parecidas son cadera y cintura y la mujer tiene un aspecto más andrógino. Algunas investigaciones parecen indicar que, en occidente, un índice bajo, es decir, mucha cadera y poca cintura, hacen a la mujer más atractiva para los hombres. Si miramos todo con los ojos de la evolución, que diría Theodosius Dobzhansky , si la mujer de caderas anchas es más atractiva es porque tiene un mayor éxito reproductivo y, si esto es así, es porque tiene más hijos varones. Por tanto, un cociente cintura/cadera menor implica tener más hijos de sexo masculino.
Primer inconveniente: el mismo Tovée reconoce que hay culturas que gustan de mujeres más andróginas (por ejemplo, los Hadza de Tanzania). Por si acaso, Tovée estudia la progenie de 458 mujeres de 22 a 35 años que planean tener un hijo y hacen su seguimiento hasta el nacimiento de los niños. Los resultados son claros: no hay relación entre el cociente cintura/cadera y el sexo de los hijos. Tovée propone que quizá sea más el Índice de Masa Corporal (IMC), del que tanto hemos hablado en este blog, que el cociente cintura/cadera la causa del atractivo de las mujeres y, pudiera ser, del sexo de sus hijos.
*Pawlowski, B. & E. Cieplak. 2002. Can the sex of the second child be predicted by the birth-weight of the first child? Medical Hypotheses 58: 15-17.
*Tovée, M.J., J.E. Brown & D. Jacobs. 2001. Maternal waist-to-hip ratio does not predict child gender. Proceedings of the Royal Society London B 268: 1007-1010.