Tanto para el hogar como para el lugar de trabajo, siempre en el interior de edificios, existe una abundante bibliografía que asegura que aumenta la salud y el bienestar con la presencia de plantas. La mayoría de los modernos edificios de oficinas se construyen, en la actualidad, sin comunicación con el exterior (como, por ejemplo, la cabina desde la que se emite un programa de radio) y la sola presencia de plantas en los despachos y pasillos aumenta las buenas sensaciones de los que allí permanecen encerrados durante su tiempo de trabajo. Andrew Smith y Michael Pitt, de la Universidad John Moores de Liverpool, han revisado la bibliografía sobre este asunto y, a partir de su estudio previo, han preparado una encuesta basada en una serie de fotografías de un despacho con diferente número de plantas: sin plantas, mínimo (una planta), bajo (dos plantas), medio-bajo (tres plantas), medio (cinco plantas), medio-alto (ocho plantas), alto (doce plantas), y muy alto (trece plantas). La encuesta tiene una fotografía de las situaciones anteriores en cada página y una pregunta sobre si el entrevistado encuentra el despacho de la imagen confortable o no. Los resultados indican que el despacho preferido tiene tres plantas, seguido por dos plantas, una planta, cinco plantas y ninguna planta. Es decir, está bien que haya plantas en el lugar de trabajo, pero sin convertirlo en una especie de invernadero y que nos agobie el follaje.
En su revisión de la bibliografía, Smith y Pitt encuentran que uno de los mayores problemas de estos edificios cerrados son los compuestos contaminantes volátiles producidos por los materiales del edificio y por el trabajo de sus ocupantes: materiales de tapizado y moquetas, productos de limpieza, pinturas, adhesivos, plásticos, vinilo, fotocopiadoras, impresoras, ordenadores y otros muchos productos. La bibliografía es escasa pero, la poca que hay, afirma que las plantas de interior son capaces de absorber muchos de estos contaminantes. Estos mismos compuestos también se han encontrado en el ambiente de muchos hogares. En esta línea, Dong Sik Yang y sus colegas, de la Universidad de Georgia en Athens, Estados Unidos, han hecho un estudio con 28 plantas de interior y cinco contaminantes: benceno, tolueno, octano, tricloroetileno y pineno. Y la campeona la tienen aquí al lado, en la fotografía; es la Hemigraphis alternata, aunque la hiedra Hedera helix, la flor de cera Hoya carnosa, y la esparraguera Asparagus densiflorus no le andan a la zaga. Todas ellas sirven para retirar una cantidad significativa de estos contaminantes del ambiente en el que vivimos y trabajamos.
*Smith, A. & M. Pitt. 2009. Sustainable workplaces: improving staff health and well-being using plants. Journal of Corporate Real State 11: 52-63.
*Yang, D.S., S.V. Pennisi, K.-C. Son & S.J. Kays. 2009. Screening indoor plants for volatile pollutant removal efficiency. HortScience 44: 1377-1381.