Sigamos, pues, con la bebida. Una de las consecuencias desagradables de las bebidas alcohólicas es la penitencia posterior, o sea, la resaca. Son los “daños colaterales” con efectos fisiológicos, en la conducta e incluso imaginarios que tienen lugar cuando la concentración de alcohol en sangre vuelve a cero. La resaca es la suma de estos “daños colaterales”: dolor de cabeza, náuseas, sed y fatiga. En realidad, la resaca es una intoxicación cuyos síntomas se sienten cuando el alcohol desaparece de la sangre; hasta entonces, los efectos del alcohol enmascaran la intoxicación. La intoxicación se debe a compuestos que aparecen en las bebidas alcohólicas en pequeña cantidad como subproductos de la fermentación: acetona, acetaldehído, taninos, furfural, formaldehído, ácido fórmico,…
Desde hace años existen varios cuestionarios cuyo objetivo es cuantificar el sufrimiento que produce la resaca, pero fue Damaris Rohsenow y su grupo, de la Universidad Brown de Providence, en Rhode Island, quienes establecieron una escala para medir la resaca aguda. La probaron con 54 marinos suecos y 135 universitarios de Boston, a los que hicieron beber cerveza o vodka o bourbon, estos dos últimos licores mezclados con cola sin cafeína, hasta alcanzar más de 0,10 g% de alcohol en sangre (1,2 gramos por kilogramo en hombres y 1,0 gramos por kilogramo en mujeres). Les dejaron dormir ocho horas y, de 10 a 20 minutos después de despertarse, les pasaron el cuestionario sobre la resaca. Los resacosos puntuaron de cero a siete nueve apartados: resaca, sed, agotamiento, dolor de cabeza, mareos y desmayos, falta de apetito, dolor de estómago, náuseas y corazón taquicárdico. Con la media de todos los apartados, se calcula la “Resaca Total”. Funcionó muy bien y sirve perfectamente para medir la resaca a la mañana siguiente de la borrachera.
De inmediato, y una vez que Rohsenow y su grupo tienen la escala puesta a punto, comienzan a investigar la resaca. En primer lugar, intentan demostrar la relación entre los síntomas de la resaca, medidos con su escala, y la presencia de aquellos productos tóxicos en cada clase de bebida, a los que achacamos los “daños colaterales”. Comienzan con el bourbon y el vodka pues saben, por estudios previos de análisis químico, que el bourbon tiene hasta 37 veces más productos posiblemente tóxicos que el vodka y, por tanto, el bourbon tiene que provocar resacas mucho más desagradables que el vodka.
Lo estudian con 95 universitarios de Boston que, además de beber bourbon (Wild Turkey) o vodka (Absolut) mezclados con cola sin cafeína (Coca Cola) hasta alcanzar más de 0,10 g% de alcohol en sangre, cobran $450 por sesión. Mientras que la torpeza (con los síntomas de la resaca es difícil mantener la atención en la tarea a realizar) a la mañana siguiente es notable aunque no depende del tipo de bebida, la resaca puede ser mucho peor si se bebe bourbon debido, con seguridad, a la gran cantidad de tóxicos, aparte el alcohol, que forman parte de su composición.
*Rohsenow, D.J., J. Howland, S.J. Minsky, J. Greece, A. Almeida & T.A. Roehrs. 2007. The Acute Hangover Scale: A new measure of inmediate hangover symptons. Addictive Behaviors 32: 1314-1320.
*Rohsenow, D.J., J. Howland, J.T. Arnedt, A.B. Almeida, J. Greece, S. Minsky, C.S. Kempler & S. Sales. 2010. Intoxication with bourbon versus vodka: Effects on hangover, sleep, and next-day neurocognitive performance in young adults. Alcoholism: Clinical and Experimental Research 34: 1-10.