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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Religión

Las enfermedades cardiovasculares son una de las mayores causas de muerte en el Primer Mundo y, cada vez más, los factores psicosomáticos adquieren mayor importancia en el tratamiento y, sobre todo, en la prevención de estas dolencias. Por tanto, la relación entre el estado psicológico y la salud se estudia cada vez con más interés. Con la base bien conocida de datos sociológicos sobre este asunto, una de las primeras hipótesis que se plantea es la posible relación entre la espiritualidad y la salud y, para ello, Gary Berntson y su grupo, de la Universidad del Estado de Ohio en Columbus estudiaron la relación entre la espiritualidad y los patrones de control cardíaco en una muestra de 229 personas de 50 a 68 años de edad. En los sujetos se midió, por medio de electrocardiograma y cardiograma de impedancia, la variabilidad de su frecuencia cardíaca alta (0.15-0.4 Hz) y el periodo de preeyección; ambos datos nos dan el control simpático y parasimpático del funcionamiento cardíaco. También se anotó su presión sanguínea. A la vez, los participantes rellenaron cuestionarios sobre su espiritualidad (asistir a los servicios religiosos, cercanía a Dios, relación satisfactoria con Dios), y sobre su personalidad, datos demográficos, antropométricos, conducta en cuanto a la salud y salud en general.

Después de los pertinentes estudios estadísticos, se encuentra una relación positiva entre los controles cardiacos simpático y parasimpático y la espiritualidad, y aunque el número de casos con infarto de miocardio es pequeño, sólo once, también se revela una relación negativa entre espiritualidad y haber sufrido un infarto. En resumen, hay relación entre espiritualidad y control cardíaco, aunque son necesarios más datos, con el infarto de miocardio. Pero, cuidado, como siempre ocurre en estadística, son relaciones entre parámetros y no de causa y efecto; ya saben, esto requiere otro tipo de estudios.

Este estudio concierne a la espiritualidad de cada uno pero, ¿y si buscamos la relación entre la espiritualidad de otros y nuestra enfermedad? Es lo que se denomina “la oración de extraños a distancia”. Durante siglos y como de todos es conocido, la oración para aliviar los males de otros, incluso de personas a las que no conocemos, se ha considerado una práctica útil en medicina. Pero Wendy Cadge, de la Universidad Brandeis en Waltham, Estados Unidos, en una revisión de trabajos de las últimas cuatro décadas, afirma que los resultados nos dicen más de los científicos que lideraron los estudios que sobre el papel de la oración para curar.

Ya en el siglo XIX, Francis Galton estudió la efectividad de la oración en la salud de los reyes, para los que supuso que había muchas personas que rezaban por ellos, y en la de miembros de otras clase sociales. Incluso los burgueses y hasta los oficiales de la Royal Navy vivían más que los reyes; y también los clérigos, por supuesto. Y, a pesar de que el experimento nunca se llevó a cabo, otro eminente sabio inglés de la época, John Tyndall, sugirió que, durante un día, todas las oraciones del país se dirigieran a un solo hospital y comprobar después si la mortalidad descendía ese día.

Desde 1965, en el que se publicó el primer artículo sobre este tema en nuestra época, más de 75 investigadores han trabajado en este asunto. Al comienzo, en estos estudios sólo rezaban protestantes pero, a partir de los noventa, se unieron judíos y otras religiones cristianas y, a partir del 2000, se unen budistas o hindúes. El experimento más vanguardista lo organizó Leonard Leibovici, del Centro Médico Rabin de Petah-Tiqva, en Israel, e intentaba detectar si la oración retroactiva, es decir, pidiendo la curación sobre enfermos que ya no estaban en el hospital, era tan eficaz como la oración lejana en el espacio, que es la que habitualmente se practica. De 3393 pacientes con infección sanguínea hizo, al azar, dos grupos, uno para que fuese rezado y el otro como control. No funcionó.

En resumen, como concluye Wendy Cadge, estos trabajos nos enseñan más sobre la intersección entre religión y medicina y, en ese cruce, inevitablemente están los investigadores y sus propias creencias.

*Berntson, G.G., G.J. Norman, L.C. Hawkley & J.T. Cacioppo. 2008. Spirituality and autonomic cardiac control. Annals of Behavioral Medicine 35: 198-208.

*Cadge, W. 2009. Saying your prayers, constructing your religions: Medical studies of intercessory prayer. Journal of Religion 89: 299-327.

*Galton, F. 1872. Statistical inquiries into the efficacy of prayer. Fortnightly Review 12: 125-135.

*Leibovici, L. 2001. Effects of remote, retroactive intercessory prayer on outcomes in patients with bloodstream infection: randomised controlled trial. British Medical Journal 323: 1450-1451.

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Por Eduardo Angulo

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