Todos, científicos incluidos, somos conscientes del papel esencial que la autoestima tiene en nuestra conducta social. En general, podemos afirmar que tratamos de conseguir grandes dosis de autoestima y de evitar que nos falle en todos los asuntos que consideramos de importancia en nuestra vida. Por ejemplo, la autoestima influye en los resultados en los exámenes, en el apoyo de nuestra familia, en el amor que Dios nos tiene, en nuestras habilidades sociales y, obviamente, en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Por todo ello, Sarah Hill y Kristina Durante, de las universidades Cristiana de Texas en Fort Worth y de Texas en Austin, se preguntan si la autoestima influye de alguna manera en la conducta de pareja. Para ello inician dos estudios, con 52 y 59 mujeres respectivamente. Sus hipótesis de partida son que la autoestima debe variar entre las diferentes mujeres que forman parte del estudio en función del valor que asignan a su pareja y, en segundo lugar, que la autoestima debe seguir un ciclo contrario al de la fertilidad durante el ciclo menstrual.
En el primer estudio, los resultados indican que la autoestima se relaciona positivamente con el valor que cada mujer asigne a su compañero pero, además, se detecta que las mujeres experimentan un descenso en su autoestima según se acerca la ovulación, que es, precisamente, el momento en que son fértiles y cuando más atractivas son para su pareja. En un segundo estudio, esta vez con 59 mujeres como ya he mencionado, obtienen los mismos resultados pero, a más de lo dicho, esa caída de la autoestima en la fase de mayor fertilidad también se relaciona con el interés de la mujer en que esa relación se mantenga a largo plazo. Y, encima, las autoras encuentran que la caída en la autoestima en el momento de la mayor fertilidad se complementa con un mayor gasto en productos que aumentan el atractivo.
Hill y Durante suponen que esta caída de la autoestima quizá provoque en la pareja una mejora en sus esfuerzos precisamente cuando esos esfuerzos son críticos para la reproducción. Desde un punto de vista evolutivo, aquello que ayude a la supervivencia y a la reproducción contribuirá a la perpetuación de la especie y se trasmitirá a las siguientes generaciones. Una conducta de este tipo, que quizá en nuestros tiempos y en el Primer Mundo nos parezca curiosa, parece que en su momento tuvo éxito pues todavía se mantiene.
*Hill, S.E. & K.M. Durante. 2009. Do women feel worse to look their best? Testing the relationship between self-esteem and fertility status across the menstrual cycle. Personality and Social Psychology Bulletin 35: 1592-1601.