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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Testosterona

Todos saben lo que es la testosterona; incluso a veces se utiliza casi como un adjetivo para los hombres de musculatura desmesurada. Es una hormona producida por los testículos y que, entre otras funciones, induce el desarrollo de la masa muscular. También las mujeres tienen testosterona, sintetizada en los ovarios,en una concentración menor que los hombres. Su función biológica principal, en los hombres, es animar a la lucha y la confrontación; allí donde hay follón, sube la concentración de testosterona, y lo que era un grupo de personas se convierte en una masa peleona y escandalosa. Sin embargo, y es llamativo, no es necesario ser protagonista para cargarse de testosterona. Por ejemplo, en 1994 se celebró el Campeonato del Mundo de Fútbol en Estados Unidos; la final la jugaron Brasil e Italia, y Paul Bernhardt y su grupo, de la Universidad de Utah en Salt Lake City, midieron la concentración de testosterona en la saliva de hinchas de ambos equipos, hinchas que, por supuesto no jugaron el partido, sólo lo vieron. Al acabar el partido, la testosterona subió en los brasileños y cayó a niveles históricos en los italianos. Adivinen quién ganó.

Por tanto, no es necesario pegarse para tener altos niveles de testosterona; sólo se necesita creer con firmeza que uno se está pegando. Ahora miren la gráfica que aparece más arriba. Pertenece a un trabajo firmado por Steven Stanton y su grupo, de la Universidad Duke de Durham, en Carolina del Norte, y representa la concentración de testosterona en la saliva de los votantes de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos en las elecciones del año pasado. Las muestras se tomaron antes de saber el vencedor (todos con igual concentración), cuando se anuncia el ganador y 20 y 40 minutos después. Seguro que es fácil adivinar quien es el actual Presidente de los Estados Unidos. Un apunte curioso: los perdedores son John McCain, del Partido Republicano y Robert Barr, del Partido Libertario, y los votantes de ambos tienen parecida concentración de testosterona a pesar de que los libertarios sabían con total seguridad que no iban a ganar. Pero, por lo visto, nuestra especie es así de soñadora y se carga de testosterona a la menor provocación. Y otro dato más: las mujeres tienen una concentración de testosterona en saliva casi cuatro veces menor que los hombres y, voten a quien voten, esa concentración casi no cambia gane su candidato o no.

*Bernhardt, P.C., J.M. Dabbs, Jr., J.A. Fielden & C.D. Lutter. 1998. Testosterone changes during vivarious experiences of winning and losing among fans at sporting events. Physiology & Behavior 65: 59-62.

*Stanton, S.J., J.C. Beehner, E.K. Saini, C.M. Kuhn & K.S. LaBar. 2009. Dominance, politics, and physiology: Voters’ testosterone changes on the night of the 2008 United States Presidential Election. PLoS ONE 4: e7543

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