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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Mujeres

El otro día, Rackham, al comentar el post sobre la relación entre la obesidad y la disfunción eréctil, se preguntaba si existe algún estudio parecido con mujeres. He rebuscado en la bibliografía y he encontrado algo sorprendente. Existían datos que parecían relacionar la obesidad en mujeres con una disminución de su vida sexual. Por ejemplo, el trabajo publicado en 2006 por Ronette Kolotkin y su grupo, del Consulting sobre Obesidad y Calidad de Vida de Durham, en Estados Unidos, demuestra, en 500 mujeres, que disfrutan poco de su vida sexual, carecen de deseo sexual, tienen problemas durante el coito y hasta evitan los encuentros sexuales.

Sin embargo, nuevos estudios como el realizado por Bliss Kaneshiro y su equipo, de la Universidad de Hawaii en Honolulu, demuestran lo contrario. Este grupo investigó la relación, en 6690 mujeres de 15 a 44 años de edad, entre varios apartados de su conducta sexual y el ya conocido y muy mencionado Índice de Masa Corporal (IMC). Dividen a las participantes en el estudio en tres grupos según su IMC: normal es menos de 25, con sobrepeso es entre 25 y 30, y obesas con IMC mayor que 30, y lo relacionan con su orientación sexual, el número de compañeros sexuales, edad de la primera relación, la frecuencia, el tiempo con cada pareja, etcétera.

En los resultados, dejaremos de lado la mayor parte de las respuestas y nos centraremos en que las mujeres con sobrepeso y obesas tienen más relaciones sexuales que las mujeres normales en cuanto a su IMC. O, como dicen los autores, que parece que no se lo creen, las mujeres con sobrepeso y obesas son más propensas a contar las relaciones sexuales que han tenido. La diferencia no es muy grande, del 92% al 87%, pero es sorprendente porque, según la bibliografía, habíamos supuesto que las mujeres con sobrepeso y obesas tendrían menos relaciones sexuales y, miren por donde, es justamente lo contrario.

Y nos podemos preguntar a qué se debe la diferencia con el trabajo de Kolotkin y su grupo que he mencionado más arriba. Pues, después de releer ambos artículos, creo que la clave está en el grupo de mujeres estudiado: el trabajo de Kaneshiro, en el que las gordas son felices, el grupo estudiado es representativo de una población normal, mientras que en el trabajo de Kolotkin, las 500 mujeres entrevistadas están apuntadas a un programa de pérdidad de peso y aumento de calidad de vida (recuerden que Ronette Kolotkin trabaja en un Consulting que se dedica precisamente a estos asuntos) lo que ya, de por sí, demuestra que no están muy contentas con su peso o, en general, con su cuerpo.

En resumen, aquello que se decía de que los gordos que se aceptan como tales son felices, quizá no se pueda aplicar a todos los hombres obesos por el fallo, ya explicado, de la cosa eréctil, pero es evidente que sí se debe aplicar a las mujeres, esas mujeres que, según el post anterior, parece que están en desacuerdo con su propio cuerpo en cuanto engordan. Vaya tontería: no sólo pueden ser felices sino que, además, lo cuentan con toda naturalidad.

*Kaneshiro, B., J.T. Jensen, N.E. Carlson, S.M. Harvey, M.D. Nichols & A.B. Edelman. 2008. Body Mass Index and sexual behavior. Obstetrics & Gynecology 112: 586-592.

*Kolotkin, R.L., M. Binks, R.D. Crosby, T. Ostbye, R.E. Gress & T.D. Adams. 2006. Obesity and sexual quality of life. Obesity 14: 472-479.

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