Según las reglas marcadas por la Dirección General de Tráfico, el nivel máximo de alcohol en sangre permitido por el Código de Circulación para conducir un vehiculo es de 0,5 gramos por litro de sangre; en aire espirado el límite es de 0,25 mililitros por litro de aire. Para alcanzar ese límite sólo se necesitan un par de cervezas o de vasos de vino; el alcohol de la bebida pasa a la sangre en los siguientes 45 a 60 minutos. Sin embargo, Armin Biller y su grupo, de la Universidad de Wuerzburg, en Alemania, han demostrado que los efectos del alcohol alcanzan el cerebro sólamente seis minutos después de tomar la bebida. Para ello, han analizado los cambios químicos en el cerebro de ocho hombres y siete mujeres, por medio de la resonancia magnética. Los sujetos se introducían en la máquina y, por medio de un largo tubo, bebían el alcohol suficiente para pasar del 0,05% al 0,06% de alcohol en sangre, es decir, una cantidad que ya influye en la conducción y que es el equivalente a dos vasos de vino o cerveza o, lo que es lo mismo, el alcohol suficiente para superar el límite legal de la Dirección General de Tráfico.
En el cerebro medían varias sustancias y, entre ellas: glucosa, procedente del metabolismo del alcohol; creatina, molécula que defiende las células de los oxidantes; y colina, componente esencial de las membranas celulares y, por tanto, de las neuronas. Los niveles de las tres sustancias mencionadas variaban, más o menos, a los seis minutos de la ingestión: la glucosa subía y se utilizaba para obtener energía; la creatina baja y, por tanto, disminuye la protección de las células del cerebro; y la colina también baja lo que quizá implica que cambia la composición de las membranas celulares. No hay diferencias entre hombres y mujeres, los cambios en las concentraciones de las sustancias medidas vuelven a la normalidad antes de doce horas y, aunque los autores lo intentaron, no consiguieron encontrar ninguna molécula a la que pudieran culpar de la característica resaca posterior a la ingestión de alcohol.
*Biller, A., A.J. Bartsch, G. Homola, L. Solymosi & M. Bendszus. 2009. The effect of ethanol on human brain metabolites longitudinally characterized by proton MR spectroscopy. Journal of Cerebral Blood Flow & Metabolism 29: 891-902.