Desde un punto de vista evolutivo, es obvio que hay una relación estrecha entre la buena salud y la supervivencia y el éxito en la reproducción. Aquel que no se reproduce es un fracaso evolutivo pues sus genes no pasan a la descendencia. En la especie humana, además de la buena salud y por las características de conducta de nuestra especie, también se puede proponer que la inteligencia tiene que ser un factor importante en la buena salud y, en consecuencia, en la reproducción. Para probar esta hipótesis, Rosalind Arden y su grupo, del King’s College de Londres, estudiaron, en 3654 veteranos de la guerra de Vietnam, de edad entre 31 y 49 años, su salud y su inteligencia. Para la salud, se solicitó información de decenas de variables físicas y enfermedades (ordenadas en ocho apartados: nervios craneales, nervios motores, nervios sensoriales periféricos, reflejos, cabeza, características físicas del cuerpo, piel y análisis de orina); y para el estudio de la inteligencia se utilizó una batería de tests sobre habilidades cognitivas. Además, se pregunta sobre la edad, obesidad, exposición a toxinas y experiencia de combate durante la guerra, y consumo de tabaco, alcohol, marihuana y drogas duras.

Los resultados indican una estrecha relación entre la inteligencia, como factor positivo, con seis de los ocho grupos de variables físicas y enfermedades; todos menos piel y análisis de orina. En resumen, inteligencia y salud se relacionan y, si como hemos planteado, salud física y éxito reproductor también lo están, de alguna manera inteligencia y éxito reproductor también se relacionan a través de una buena salud. ¿Quizá una mayor inteligencia lleva a mejores elecciones en cuanto a la salud? ¿Quizá una menor inteligencia es un indicador de la existencia de mutaciones peligrosas? Muchas preguntas sin respuesta quedan para investigaciones futuras.

Además, ¿cómo es posible que la reproducción y el cerebro, que parecen tan alejados, mantengan tan estrecha relación? Para comenzar a descifrar este enigma por alguna parte, Rosalind Arden y su grupo estudiaron la conexión entre la inteligencia y la calidad del semen. Del grupo anterior de veteranos del Vietnam, eligieron 425 de los que tenían muestras de semen. Los investigadores encontraron una relación positiva entre la inteligencia y tres de los índices de la calidad del semen: concentración de espermatozoides, cuenta de espermatozoides y movilidad. En resumen, según las preguntas que hemos planteado antes y vista la relación entre inteligencia y calidad del esperma además de con la buena salud, quizá podamos concluir que es esa buena salud general la que engloba tanto la inteligencia como el éxito en la reproducción.

*Arden, R., L.S. Gottfredson & G. Miller. 2009. Does a fitness contribute to the association between intelligence and health outcomes? Evidence from medical abnormality counts among 3654 US Veterans. Intelligence doi:10.1016/j.intell.2009.03.008

*Arden, R., L.S. Gottfredson, G. Miller & A. Pierce. 2009. Intelligence and semen quality are positively correlated. Intelligence 37: 277-282.